Originales Web
Publicado originalmente en portugués
No creo que habría podido tener este cambio si no me hubiera comunicado con la enfermera de la Ciencia Cristiana. Me hizo tomar conciencia del tierno cuidado de Dios por mí.
Original en español
Cuando cocino varios platos, reflejo el amor de Dios al expresar cualidades como alegría y disciplina, que evocan sentimientos de gratitud y satisfacción en mí y en las personas para las que cocino.
Ahora podía sentir el Amor divino liberándome del temor y la presión mientras me esforzaba por caminar en la senda de Dios con mi corazón más suave y mi carácter subyugado.
Estaba tan absorta en recordar y escribir décadas de curaciones que revelaban mi verdadera naturaleza otorgada por Dios, que, para cuando dejé de trabajar por la noche, los preocupantes síntomas habían desaparecido por completo.
La Navidad, durante la cual se honra el nacimiento de Jesús en todo el mundo, es un momento para reflexionar sobre el Cristo y lo que significa para nosotros hoy.
Si realmente queremos trabajar para la humanidad, la quietud, la paciencia y la presencia divina son nuestras amigas.
Una sensación de paz y consuelo se apoderó de mí cuando me di cuenta de que la obra de Dios ya está hecha. Esto me indicó cuán improbable era que después de crear todas estas “maravillas”, Dios decidiera más tarde crear fuerzas que pudieran destruir Su creación buena “en gran manera”.
Esta experiencia me enseñó que debemos cambiar nuestra perspectiva hacia Dios, el Espíritu y la verdad de que nuestra existencia es algo totalmente espiritual.
Aunque al principio nos sentimos angustiados e inquietos por este enfrentamiento, mi esposo y yo afirmamos que Dios, el Principio, el Amor, era el único poder que realmente estaba en operación. Reconocimos que el Principio divino estaba a cargo, no las personalidades.
Cuando los niños, en particular, son rescatados de la esclavitud, ante la preocupación por las secuelas de una experiencia tan terrible, esta aserción da razón para tener una expectativa diferente. Afirma que el poder pertenece a la inocencia.