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Fue reconfortante reconocer que, dado que solo hay una Mente divina, Dios, que gobierna todo, nadie puede ser inducido a albergar o actuar de acuerdo con pensamientos “impíos”, como la creencia en la falta de bien o el deseo de tomar lo que pertenece a otra persona.
Estaba tan absorta en recordar y escribir décadas de curaciones que revelaban mi verdadera naturaleza otorgada por Dios, que, para cuando dejé de trabajar por la noche, los preocupantes síntomas habían desaparecido por completo.
Ahora podía sentir el Amor divino liberándome del temor y la presión mientras me esforzaba por caminar en la senda de Dios con mi corazón más suave y mi carácter subyugado.
La Ciencia Cristiana pone de manifiesto cuán constructiva puede ser la corrección cuando se basa en la afirmación de que somos la creación espiritual de Dios —totalmente buenos, completos e íntegros— sin dejar lugar a actividades incorrectas.
Esta experiencia me enseñó que debemos cambiar nuestra perspectiva hacia Dios, el Espíritu y la verdad de que nuestra existencia es algo totalmente espiritual.
Si realmente queremos trabajar para la humanidad, la quietud, la paciencia y la presencia divina son nuestras amigas.
Una sensación de paz y consuelo se apoderó de mí cuando me di cuenta de que la obra de Dios ya está hecha. Esto me indicó cuán improbable era que después de crear todas estas “maravillas”, Dios decidiera más tarde crear fuerzas que pudieran destruir Su creación buena “en gran manera”.
Aunque al principio nos sentimos angustiados e inquietos por este enfrentamiento, mi esposo y yo afirmamos que Dios, el Principio, el Amor, era el único poder que realmente estaba en operación. Reconocimos que el Principio divino estaba a cargo, no las personalidades.
Cuando los niños, en particular, son rescatados de la esclavitud, ante la preocupación por las secuelas de una experiencia tan terrible, esta aserción da razón para tener una expectativa diferente. Afirma que el poder pertenece a la inocencia.
El redactor de The Christian Science Monitor, Mark Sappenfield, se retirará de su cargo como redactor, tras decidir extender su estadía en Berlín, Alemania, donde él y su familia residen desde agosto de 2023. Mark seguirá trabajando para el Monitor en un rol de alto rango.