Originales Web
Apareció primero el 5 de septiembre de 2022 como original para la Web.
La gratitud disminuye nuestros temores y abre nuestros corazones al Cristo —el mensaje de Dios de la realidad espiritual— que imparte soluciones inspiradas a nuestras necesidades. Un corazón incondicionalmente agradecido nos eleva a la consciencia misma de la bondad de Dios que saca a la luz la salud, los recursos suficientes y la felicidad.
Ya sea que nos tomemos un momento para honrar a aquellos que perdieron la vida, llorar una pérdida personal u orar por otros atrapados en sucesos trágicos, una visión espiritual de la vida en Dios trae fortaleza y consuelo, como una pareja experimentó después de que su hija murió en un accidente automovilístico.
Esta nadadora de competencia se estaba perdiendo en el deporte, y no en el buen sentido. Continúa leyendo para descubrir cómo redescubrió su amor por la natación y se encontró a sí misma.
Todos vivimos en la atmósfera del amor de Dios, donde cada individuo está en casa.
Ante las preocupaciones climáticas, podemos participar activamente como sanadores, orando para encontrar soluciones prácticas que tengan su base en el Dios inmutable, el bien.
Pensar correctamente no solo es una opción que podemos tomar a diario, sino que sucede naturalmente cuando comprendemos que Dios es la única Mente. Hacerlo nos guía por el camino correcto y resulta en bendiciones que van más allá de nosotros mismos.
Ser una acosadora le dio a esta adolescente un sentido de identidad; uno que ella no quería perder. Pero cuando sus acciones comenzaron a afectar a su familia, se dio cuenta de que necesitaba encontrar su individualidad en otro lugar… pero ¿dónde?
Resolvió hacerlo mejor y perdonar al oficial, y la enfermedad pronto desapareció.
Un compromiso colectivo con el perdón contribuiría en gran medida a derretir la obstinada resistencia del mundo a las soluciones pacíficas, y todos presenciaríamos más libertad.
Después de regresar a su antiguo bachillerato, esta adolescente se sintió excluida. Las cosas no cambiaron al instante, sin embargo, orar como había aprendido en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana le dio a esta autora las ideas que necesitaba para estar en paz y sentir que estaba en su lugar correcto.