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Original Web

PARA NIÑOS

Escuché la voz de mi Pastor

Del número de julio de 2023 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 6 de febrero de 2023 como original para la Web.


Un día de invierno, llegué a casa de la escuela y no me sentía muy bien. Me dolía la cabeza, y estaba adolorido y cansado. Mi mamá me tomó la temperatura y descubrió que tenía fiebre. Mis padres tienen diferentes maneras de ayudarme cuando no me siento bien, porque mi padre es Científico Cristiano y mi mamá no lo es. Pero siempre trabajan juntos para cuidarme.

Mi papá me llamó al estudio y se sentó conmigo en nuestro gran sofá verde. Comenzamos a orar. Después de un minuto, mi papá empezó a cantarme un himno con letra de Mary Baker Eddy llamado “Apacienta mis ovejas”. Es mi himno favorito, y comienza así: 

La colina, di, Pastor,
     cómo he de subir;
cómo a Tu rebaño yo
     debo apacentar.
Fiel Tu voz escucharé,
     para nunca errar;
y con gozo seguiré
     por el duro andar.
(Himnario de la Ciencia Cristiana, N° 306)

Escuchar y cantar este himno siempre me hace sentir bien. Me ayuda a comprender que el Pastor es Dios y que nosotros somos Sus ovejas. El himno me dice que Dios siempre está con nosotros y nos guía todo el tiempo y con cada problema que enfrentemos, ¡incluso aunque no nos demos cuenta! Y como un pastor que cuida de sus animales, Dios jamás, jamás nos abandona. Dios es Amor y nos ama siempre. 

Después de que mi papá terminó de cantar el himno, me preguntó si podía pensar en algo de mi clase de la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana que pudiera ayudarme. ¡Sí! Mi clase había estado hablando sobre el primer capítulo del Génesis en la Biblia. Mi papá sacó una Biblia y leímos estos versículos del Génesis: “Creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó”, y “vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (1:27, 31).

Para mí esto significa que Dios, el Espíritu, me creó para ser totalmente espiritual y muy bueno. ¿Cómo podría algo espiritual y bueno lesionarse o tener fiebre? ¡No puede!

Mi maestro de la Escuela Dominical nos había dicho que cuando somos tentados a creer en algo que no sea Dios y la muy buena creación de Dios, podemos arrojar esos pensamientos a un tacho de basura mental. Entonces somos capaces de escuchar todas las cosas que Dios nos está diciendo. Mi papá y yo oramos y hablamos sobre estas ideas por un tiempo. Luego cené y me fui a la cama.

Cuando me desperté al día siguiente, me sentí un poco mejor, pero todavía tenía fiebre, así que me quedé en casa y no fui a la escuela. Una vez más, mi papá y yo nos sentamos en el sofá verde y oramos. Para la hora del almuerzo me sentía perfectamente bien. Sabía que estaba sano. Mi mamá me tomó la temperatura y era normal.

De esta experiencia aprendí que Dios, nuestro Pastor, siempre está con nosotros. Si oras y piensas en eso, y escuchas la voz de Dios, también puedes ser sanado.

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