“No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7). Este hermoso pasaje bíblico se convirtió en una realidad viva en mi experiencia.
En 2001, fui guiada a mAudarme de Texas a Ohio para estar con mi madre y apoyarla. Esta mudanza resultó ser una idea correcta y una hermosa bendición para las dos. Sin embargo, a los pocos meses de mudarme, comencé a sufrir migrañas frecuentes y debilitantes.
Un día, mientras oraba, recordé una ocasión en la que había estado viviendo lejos de casa, cuando mis padres se habían separado. Durante ese tiempo tuve una migraña que me dejó brevemente inconsciente. Al recobrar la conciencia, oré con “la declaración científica del ser” de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy, y la siguiente afirmación se aclaró instantáneamente: “La materia es lo irreal y temporal” (pág. 468).
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