Tiempo atrás, cuando tenía 22 años, empecé a trabajar en un prestigioso supermercado de Montevideo, Uruguay. Un vecino que trabajaba allí, y tenía un buen cargo, me había recomendado al jefe de personal. Este me contrató para un trabajo que incluía descargar cajas y bolsas muy pesadas (hasta 50 kilos aproximadamente cada una) y luego acomodarlas en una cámara de frío.
Transcurrió el tiempo y empecé a tener molestias en la espalda, así como otros problemas de salud. Fui a un médico porque había momentos en los que tenía mucho dolor. Esto no resultó en ninguna mejoría, así que abandoné el tratamiento médico. Me acuerdo de que un día no pude levantarme de la cama y ni siquiera moverme. Tuve que soportar el dolor por muchos años.
En el año 2008, me diagnosticaron una hernia de disco; yo lo había asociado con tantos años de levantar mucho peso. Tiempo después, conocí la Ciencia Cristiana cuando mi esposa compró, en una feria, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, escrito por Mary Baker Eddy. Después de estar en nuestro librero por un tiempo, lo leí, de tapa a tapa. Empecé a encontrar respuestas a muchas preguntas, y comencé a asistir a una filial de la Iglesia de la Ciencia Cristiana en mi ciudad.