
Para jóvenes
Esa sensación de estar abrumada por los nervios y el temor se rompió y se disolvió. Me embargó la paz más profunda que haya sentido jamás.
Comprender que la presencia de Dios realmente estaba a mi alrededor me ayudó a apartarme de las dudas sobre mi progreso y a sintonizarme con la verdad, o lo que Dios me estaba diciendo.
Me di cuenta de que mi pulgar había sanado por completo, y no he tenido problemas con él desde entonces.
Un punto decisivo en mis oraciones fue comprender que fui creada para expresar a Dios de una manera única. No hay nadie más que pueda expresar las cualidades espirituales que expreso exactamente de la misma manera en que yo lo hago.
Como estudiante de la Ciencia Cristiana, he descubierto que volverme a Dios me ayuda a sanar y a avanzar cuando me siento atrapada.
Había orado por mis carreras antes, pero ahora me comprometí seriamente a orar por mi relación con mi deporte en su totalidad, confiando en las ideas que había aprendido en la Ciencia Cristiana.
Cada experiencia fue una prueba de que cada idea buena funciona en armonía con cualquier otra idea buena. No hay conflicto ni mal momento bajo el gobierno de Dios.
Estos libros y revistas me han ayudado de tantas maneras que quería que todos pudieran beneficiarse de ellos y ser sanados por las ideas que contienen, de la manera en que yo lo he hecho.
Estaba decidida a orar más profundamente acerca de este sentimiento de ser un fraude. Lo primero que se me ocurrió fue reconocer que mi verdadera identidad derivaba puramente de Dios y, por lo tanto, era armoniosa en todo sentido.
La autora entendió que al expresar las cualidades amorosas de Dios, estaba abrazada en Su amor, siempre protegida de cualquier sentimiento de odio, y esto trajo renovación y armonía a una relación.