Para jóvenes
Como estudiante de la Ciencia Cristiana, he descubierto que volverme a Dios me ayuda a sanar y a avanzar cuando me siento atrapada.
Había orado por mis carreras antes, pero ahora me comprometí seriamente a orar por mi relación con mi deporte en su totalidad, confiando en las ideas que había aprendido en la Ciencia Cristiana.
Cada experiencia fue una prueba de que cada idea buena funciona en armonía con cualquier otra idea buena. No hay conflicto ni mal momento bajo el gobierno de Dios.
Estos libros y revistas me han ayudado de tantas maneras que quería que todos pudieran beneficiarse de ellos y ser sanados por las ideas que contienen, de la manera en que yo lo he hecho.
Estaba decidida a orar más profundamente acerca de este sentimiento de ser un fraude. Lo primero que se me ocurrió fue reconocer que mi verdadera identidad derivaba puramente de Dios y, por lo tanto, era armoniosa en todo sentido.
La autora entendió que al expresar las cualidades amorosas de Dios, estaba abrazada en Su amor, siempre protegida de cualquier sentimiento de odio, y esto trajo renovación y armonía a una relación.
Este adolescente estaba muy ansioso por el próximo examen de derecho, pero oró y comprendió que solo hay una Mente, Dios; por lo tanto, la inteligencia que respaldaba la creación del examen también debía respaldar las respuestas al examen.
Puesto que soy el reflejo perfecto de Dios, no puedo lastimarme, porque Dios no puede ser herido. Dios es Espíritu, y ¿cómo podría el Espíritu ser herido? Lo mismo ocurre conmigo, porque soy espiritual.
Vi que cada uno de ellos expresaba solo al Dios infinito, el bien.
Su experiencia en el internado parecía comenzar mal, cuando esta adolescente descubrió que no estaba en el dormitorio con todas sus amigas. Peor aún, parecía que sus planes de cambiar a una nueva habitación se estaban desmoronando. ¿Podía Dios tener una respuesta para ella?