Yo tenía unos bultos pequeños en la mano, y no sabía qué eran. Le pregunté a mi papá y me dijo que eran verrugas. Traté de librarme de ellas porque no me gustaban. Después me olvidé de eso por un tiempo. Pero mis amigos en la escuela no querían estar conmigo porque tenía esas verrugas.
Hablé con una practicista de la Ciencia Cristiana. Empezamos a orar. Ella me dijo que Dios es totalmente bueno. También me dijo que todo respecto a mí es hermoso porque Dios me creó; me creó espiritual y totalmente buena. Cuando ella me dijo estas verdades, sentí que me querían y no pensé en esos bultos por mucho tiempo.
Entonces un día, como un mes después, noté que las verrugas habían desaparecido, ¡todas ellas! Estoy agradecida por esta curación. Estoy agradecida por la practicista y por la bondad de Dios.
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