Un domingo, cuando íbamos para la iglesia empezó a dolerme el estómago. Cuando llegamos, sentía como que iba a vomitar, por eso mi mamá y yo nos quedamos en el baño en lugar de ir a la Escuela Dominical.
Me senté en la silla del baño y dijimos los siete sinónimos de Dios, Principio, Mente, Alma, Espíritu, Vida, Verdad y Amor. Cada uno de ellos me ayuda a comprender algo acerca de Dios.
Luego cantamos “Apacienta mis ovejas” de Mary Baker Eddy (véase Himnario de la Ciencia Cristiana, N° 304) y justo después de eso ¡escuchamos cantar la misma canción en la iglesia!
Mi mami y yo también hablamos de la Lección Bíblica de la Ciencia Cristiana de esa semana, y le propuse hacernos preguntas una a la otra sobre la Biblia. ¡Fue como mi propia clase especial de Escuela Dominical! Sabíamos que yo era perfecta, porque Dios me hizo espiritual y perfecta y me mantiene a salvo. Y sabíamos que los maestros de la Escuela Dominical sin duda me tendrían en sus oraciones al ver que no había entrado a la clase con mis hermanas. Eso me hizo sentir bien.
Luego fuimos y nos sentamos donde pudimos escuchar el final del servicio religioso de la iglesia. Cantamos un himno, también.
Me sentía cada vez mejor, y después, cuando salimos de la iglesia, ¡estaba totalmente bien!
