
Relatos de curación
En un servicio de los miércoles en la iglesia de la Christian Science de mi localidad, alguien dio un testimonio sobre una curación de estómago, de la imposibilidad de comer frutas debido a creencias impuestas por la higiene y la medicina convencional. Una de las partes que me llamó la atención fue cuando la persona reconoció el poder sanador de Dios mediante un correcto discernimiento espiritual y se preguntó: "¿Cómo pueden las frutas, tan ricas, tan dulces, tan sanas, hacerme daño si son creaciones de la Mente divina?" En la Biblia, Dios dice: "He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer" (Génesis 1:29).
Hace unos tres años, tuve una curación que fue muy importante para mí. Iba con unos amigos a un parque, y al bajar la acera de la calle sentí como una sombra, y de repente un impacto.
Me enteré de la Christian Science a través de mi mamá, y muy pronto toda la familia comenzó a asistir a la iglesia. Nos gustaba la forma en que enseñaban a comprender la Biblia.
El año pasado, durante mi segundo año de secundaria superior, comencé a tener mucha comezón en la piel, especialmente en una mano. Al tiempo, se había extendido por todo el cuerpo.
Hacía tiempo que tenía dolor de muelas. Cada vez que sentía dolor, pensaba: “Dios es perfecto y me creó perfecto.
Hace varias semanas, cuando regresaba a casa, tuve un terrible dolor de estómago. Me resultaba muy difícil retener la comida, tenía fiebre muy alta y diarrea.
Cuando tenía 15 ó 16 años, me hicieron un examen médico de rutina y descubrieron que tenía en el pulmón algo del tamaño de un puño. Me hicieron más exámenes y constataron que era cáncer.
Hace Algunos Años, a nuestra hija menor, le aparecieron tumores en el cuerpo. Aunque no parecían producirle malestar alguno, se lo dije a mi esposo.
Estoy muy agradecida por haber conocido la Christian Science a través de una tía de mi esposo. Yo nunca había oído hablar de esta religión, entonces ella me recomendó que fuera a visitar una Sala de Lectura de la Christian Science, donde pedí prestado el libro de texto, Ciencia y Salud.
Fue un verdadero privilegio y alegría haber podido asistir a una Escuela Dominical de la Christian Science desde pequeña. Allí aprendí que Dios es Vida, Verdad y Amor, y que el hombre es Su reflejo espiritual.