Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Dios le da guía y paz

Del número de marzo de 2002 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hace unos meses, estaba en la casa de mi hijo ayudando en la cocina, cuando abrí un cajón grande lleno de latas y otros víveres. Pero lo hice con tanta fuerza, que todo el cajón — que estaba muy pesado — se me cayó en el pie, que no tenía calzado. El dolor era terrible, y mi pie de inmediato empezó a inflamarse y a cambiar de color.

Gritaba de dolor, cuando recordé una declaración de Ciencia y Salud, que dice: "Cuando ocurre un accidente pensáis o exclamáis: '¡Estoy lesionado!' Vuestro pensamiento es más poderoso que vuestras palabras, más poderoso que el accidente en sí, como para hacer real la lesión.

"Invertid ahora el procedimiento. Declarad que no estáis lesionados y comprended el porqué, y veréis que los buenos efectos resultantes estarán en proporción exacta a vuestro descreimiento en la física y a vuestra fidelidad a la metafísica divina, vuestra confianza en que Dios es Todo, según declaran las Escrituras que es" (pág. 397).

Aunque no recordaba palabra por palabra la cita, las ideas me vinieron con claridad, e inmediatamente las puse en práctica. Le dije a mi hijo que no se preocupara, que todo estaba bien. Orando y pensando en estas ideas, continué con lo que estaba haciendo; y recordé otras declaraciones de Ciencia y Salud, y frases de mis himnos favoritos.

Hubo momentos en los que pensé: "Esta noche tengo que manejar muchos kilómetros para llegar a mi casa, ¿cómo lo voy a hacer? ¿podré ponerme los zapatos? ¿Podré presionar el pedal del embrague? Cuando me venían estos pensamientos, los reemplazaba con la verdad de que Dios me cuida en todo momento y que nada me puede sacar del reino de Dios. Después de comer, decidí dar un paseo por el barrio, como siempre lo hago cuando visito a mi hijo, y estuve admirando el atardecer y agradeciendo a Dios por toda belleza que me rodeaba. Todo el tiempo traté de orar de esta manera.

Cuando llegó la hora de regresar a casa, pude ponerme los zapatos y manejar sin ningún problema. Cuando llegué a casa, mi pie se veía completamente normal, aunque todavía me dolía un poco. Al día siguiente, no había señal de la lesión.

Un tiempo antes de esta curación, yo había estado orando para superar la tristeza causada por la muerte de mi esposo. Le había pedido a un practicista de la Christian Science que orara conmigo para sanar el pesar que me invadía. Me sentí reconfortada estudiando las Lecciones Bíblicas que se encuentran en el Cuaderno Trimestral de la Christian Science, y leyendo Ciencia y Salud; además de la lectura de algunos himnos del Himnario de la Christian Science, especialmente el N° 350, que dice en parte: "Dios es quien nos satisface ¡todo está bien!"

Tenía que hacer muchos trámites con relación a los asuntos financieros de mi esposo. Mis hijos me habían dado unas chequeras para que las guardara hasta que finalizaran los trámites en el banco. Semanas después mi hija me preguntó por las chequeras, y no podía recordar dónde las había puesto. Me preocupé mucho porque pensé que las había tirado a la basura, pero me negué a estar intranquila.

Empecé a buscar las chequeras en todos los cajones y armarios, pero no estaban en ninguna parte; entonces dejé de buscarlas y empecé a orar. El tema de la Lección Bíblica de esa semana era "Mente", que es un sinónimo de Dios. Sabía que la Mente nunca olvida, sino que todo lo ve y todo lo sabe, por tanto, nada está escondido para la Mente divina. Dejé el problema en manos de Dios, y entonces me tranquilicé. Minutos después tuve el fuerte impulso de buscar en un cajón específico, como si alguien me llevara de la mano, y aunque ya había buscado en ese cajón y no las había visto, allí estaban las chequeras. Fue la oración la que me abrió los ojos.

Esta señal tangible de la presencia de Dios, también fue un paso de progreso que me ayudó a superar la tristeza.


Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / marzo de 2002

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.