
Relatos de curación
Un Dia En 1968 cuando iba bajando con el auto por una colina sigzagueante con el pavimento mojado, perdí el control del automóvil y choqué contra varios autos que venían en dirección contraria. Mi hijo pequeño venía conmigo.
Hace Dieciocho Años comencé a sentir dolor en la espalda y en la cadera. A pesar de que intenté sanarlo por medio de la oración en la Ciencia Cristiana, el dolor se hizo más intenso.
De Niña Asisti a una Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. Una amable parienta de la familia me llevaba.
Cuando Tenia Cinco años, estaba jugando con mi padre en el altillo de un depósito de mercaderías, y al bajar por la escalera perdí pie y caí dos pisos más abajo sobre un piso de cemento, y uno de mis brazos resultó seriamente lesionado. Mi padre, que no era Científico Cristiano, me levantó y me llevó al servicio de urgencia de un hospital.
Durante Casi Dos años estuve muy consciente (y sentía que los demás también lo estaban) de una mancha que tenía en el rostro. Las personas mayores eran discretas y rara vez me hacían preguntas.
Hace Poco Llegue a comprender que “la palabra de Dios es viva y eficaz, y .
“Lo Trajo Alrededor, lo instruyó, lo guardó como a la niña de su ojo”. Esta maravillosa expresión del amor de Dios por nosotros que nos da el libro de Deuteronomio, describe un hecho que podemos demostrar.
En Una Vista al dentista me informaron que mi hija adolescente tenía diecisiete caries. Como ella había ido al odontólogo seis meses antes, me costó mucho aceptar esto.
La Ciencia Cristiana ha tenido un valor incalculable para mí al ayudarme a resolver todo tipo de problemas en mi vida, desde dificultades financieras hasta serios problemas de relación. Uno de ellos se destaca como un faro en mi crecimiento en la Ciencia Cristiana.
Hace Muchos Años yo sufría de ataques de pulmonía que se repetían con frecuencia y también de varios tipos de alergia que me producían fuertes dolores abdominales. En aquel entonces nuestros dos hijos eran muy pequeños.