
Relatos de curación
“ Dire Al Norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra” (Isaías 43:6). Estas palabras de la Biblia estuvieron hondamente grabadas en mi corazón durante largo tiempo, con persistente esperanza.
La Ciencia Cristiana ha sido mi único médico, sanador, cirujano y protector por muchos años. Incluyo cirujano porque una vez fui sanado de un tumor en la cadera solo por medio de la oración.
En 1989 Conoci por primera vez la Ciencia Cristiana. Un amigo me prestó varias revistas que me gustaron mucho por sus testimonios y artículos de curaciones.
Siempre Me Sentire agradecida por la bendición de haber sido criada en un hogar feliz donde vivíamos y amábamos a diario la Ciencia Cristiana. La Ciencia Cristiana es todo para mí, y presento este testimonio para que sirva de aliento a otros, con una profunda gratitud por la inspiración que encuentro en cada testimonio que se comparte en las publicaciones periódicas.
Pienso Que Me corresponde cumplir con mi deuda de gratitud a Dios y a la Ciencia Cristiana y compartir tres testimonios de curaciones concluyentes. Sané instantáneamente de hemorroides.
Mary Baker Eddy escribe en Ciencia y Salud: “Cuando la Ciencia del ser se comprenda universalmente, cada uno será su propio médico y la Verdad será la panacea universal” (pág. 144).
Durante La Mayor parte de mi niñez viví deprimida. Mis padres bebían constantemente, y mi padre abusaba verbal y físicamente de todos nosotros.
Como Me Crie estudiando la Ciencia Cristiana y siempre me sentí cerca de Dios, tuve la bendición de no enfermarme ni sufrir accidente alguno durante los primeros años de mi juventud. Aceptaba mi relación con Dios como algo natural; Su presencia me era muy grata.
Hace Cuatro O cinco años tuve una curación que me demostró cuán importante es “[estar] de portero a la puerta del pensamiento”, como afirma Ciencia y Salud . (La página 392 incluye la declaración completa: “Estad de portero a la puerta del pensamiento.
Cuando Mis Hijos estaban en la escuela primaria, nuestra hija era una de tres niñas que vivían en casas contiguas en nuestro vecindario. Se divertían mucho jugando juntas.