Relatos de curación
Mi Familia Ha tenido muchas curaciones, entre ellas curaciones, instantáneas de enfermedades infantiles, cáncer de piel, gripe, convulsiones y escarlatina. Con el correr de los años y mediante la oración, también hemos recibido ayuda eficaz para encontrar viviendas y empleos adecuados.
Me Siento Impulsada a dar este testimonio, por la gloria de Dios y como expresión de gratitud por la Ciencia Cristiana. Durante once años estuve paralítica de ambas piernas y solamente podía caminar algunos metros sin necesidad de ayuda.
Uno Se Pregunta por qué el mundo no se encuentra más dispuesto a aceptar la curación espiritual. La humanidad continúa buscando nuevas reglas para establecer la buena salud; sin embargo, siempre hemos tenido el confiable y demostrado ejemplo de Cristo Jesús.
La Ciencia Cristiana me encontró sumida en la más profunda desesperación. Estaba bajo el cuidado de un ginecólogo después de haber agotado toda posible ayuda de varios hechiceros.
Fue Hacia El final de mi adolescencia cuando una amiga de mi madre le dio a conocer el libro de texto de la Ciencia Cristiana. El libro llegó a nuestro hogar como una luz que resplandecía en medio de la oscuridad del temor, porque en ese entonces mi madre estaba sufriendo de una seria enfermedad, diagnosticada como úlceras intestinales que podían tener consecuencias fatales.
Al pensar en cómo la Ciencia Cristiana me ha bendecido por más de cincuenta años, me doy cuenta de que nunca envié a esa publicación testimonios escritos acerca de algunas de algunas de las curaciones que he presenciado. Nuestra familia comenzó a estudiar la Ciencia Cristiana por medio de mi madre.
Durante Cincuenta Y siete años he recurrido y dependido solamente de mi fe en Dios para satisfacer todas mis necesidades. Comencé a comprender a Dios en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana.
En El Año 1970 unos muchachos desconocidos dejaron El Heraldo de la Ciencia Cristiana en mi casa. En aquel entonces yo sufría de los nervios y tenía un problema en la columna.
En Cierto Momento tuve el deseo de hacerme miembro de una iglesia filial de la Ciencia Cristiana con el propósito de retribuir algo de lo que estaba ganando mediante el estudio de esta Ciencia. El hábito de fumar que tenía desde hacía tiempo me lo impidió.
Muchas Mañanas Me despierto alegre y agradecida por los años que he pasado estudiando la Ciencia Cristiana. Lo primero que esta religión me enseñó fue a ser una persona digna y buena, a aquietar la tentación de aceptar hábitos nocivos, antipatías personales y temores, y en cambio a envolverme en el amor de Dios.