
Relatos de curación
Fui Criada En la Ciencia Cristiana y mi infancia fue feliz y saludable. Pero cuando nuestra hija mayor estaba en el jardín de infantes, nos enfrentamos con un gran desafío: ella se enfermó y no mejoraba.
Mi Madre Me contó que mi primera curación ocurrió cuando yo era una pequeña bebé. Yo no me había dado cuenta, hasta que hace poco ella me volvió a contar la historia de que le debo mi vida a la Ciencia Cristiana.
Cuando Era Pequeña, tenía una enfermedad crónica del oído que todos los años me hacía permanecer en cama por varios días y, para protegerlo del aire, por varios años usé una boina sobre el oído. Después que fui ya mayor y me mudé de mi país natal, Holanda, para trabajar en Inglaterra, el dolor volvió otra vez.
Ha Llegado El momento de expresar por escrito mi gratitud por tres curaciones recientes. El año pasado, me lastimé un ojo con la antena rota del auto y comencé a tener problemas con la visión.
Cuando Nuestro Hijo comenzó a hablar, nos dimos cuenta de que no podía pronunciar ciertos sonidos y que reemplazaba estos sonidos por otros que podía pronunciar. Sus “tr” y “j” los reemplazaba con el sonido de la “g” y, en lugar de la “s” pronunciaba la “1”.
Mi Madre Estudio la Ciencia Cristiana desde muy joven. Ella nos leía a mi hermana y a mí las Lecciones Bíblicas del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, pero vivíamos demasiado lejos para asistir a los servicios religiosos de una iglesia de la Ciencia Cristiana.
En Una Epoca yo había adquirido el hábito de tomar cinco, seis y a veces más latas de refresco de cola en un día. Cuando se me indicó que uno de los ingredientes de los refrescos de cola es la cafeína, sentí un profundo deseo de liberarme de este hábito.
Desde Mi Temprana niñez sufrí de epilepsia. Se hicieron consultas con especialistas médicos, pero no pudieron aliviarme.
Un Dia Una de mis hijas fue atropellada por una camioneta en frente de nuestra casa. El conductor de la camioneta la llevó de inmediato al hospital.
Conoci La Ciencia Cristiana en 1942 cuando estaba de guardia en un hospital naval de los Estados Unidos. Estaba buscando algo para leer en los estantes de la biblioteca principal y encontré un ejemplar de Ciencia y Salud escrito por la Sra.