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Relatos de curación

Hace algunos años, cuando mi esposo y yo estábamos trabajando...

Hace algunos años, cuando mi esposo y yo estábamos trabajando mucho para establecer nuestro pequeño negocio, sucedió algo que nos hizo entender mejor el cuidado siempre presente de Dios. Necesitábamos para nuestro producto un acero muy especial, que sólo podíamos obtener en pequeñas cantidades debido a nuestra limitada situación financiera.

Desde niño fui un protestante leal.

Desde niño fui un protestante leal. A los diecisiete años, comencé a ocupar cargos importantes en mi iglesia y, a menudo, formaba parte de grupos de estudio de la Biblia, tanto dentro como fuera de mi país.

¡Qué agradecida estoy por tener la Ciencia Cristiana!

¡Qué agradecida estoy por tener la Ciencia Cristiana! Es realmente mi manera de vivir. Recientemente, mi esposo y yo tuvimos la oportunidad de comprobar la eficacia del tratamiento mediante la Ciencia Cristiana cuando nació nuestra segunda hija.

Me siento feliz al dar testimonio de lo eficaz que es la Ciencia Cristiana en la curación. En 1968, yo era un estanciero dedicado al ganado y cereales en Idaho.

En 1979, nos mudamos a una nueva casa.

En 1979, nos mudamos a una nueva casa. Varios meses después, mi esposa me rogó que orara por nuestro hogar.

Nací en Estambul, Turquía, y de adulta emigré a los Estados Unidos. En ese entonces, vivía en la ciudad de Nueva York, y sufría severos ataques de asma.

Mi corazón rebosa de gratitud por una lección que aprendí sobre...

Mi corazón rebosa de gratitud por una lección que aprendí sobre relaciones humanas, una lección que nunca hubiera aprendido sin las enseñanzas de la Ciencia Cristiana para guiarme. Siento que puede haber personas que se beneficiarán con mi testimonio, y por eso lo ofrezco afectuosamente.

Cuando encontré la Ciencia Cristiana hace más de cinco años, la vida por cierto me parecía oscura. Vivía sola, con una entrada que apenas me alcanzaba para subsistir, y tenía pocas amistades.

“Rodeado estoy de Amor y de bondad”.

“Rodeado estoy de Amor y de bondad”. Estas palabras del Himno N.

“Alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para...

“Alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre” (Salmo 5:11). Otro Salmo entona el mismo canto de gratitud: “En tu nombre se alegrará todo el día, y en tu justicia será enaltecido” (89:16).

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.