
Relatos de curación
Hubo un momento hace muchos años, en que vivía en circunstancias personales muy difíciles, con muchos problemas. Mi hogar estaba situado en el desierto del sudoeste de los Estados Unidos.
Conocí la Ciencia Cristiana hace muchos años cuando mi pequeño hijo estaba sufriendo de ataques epilépticos. Vivíamos en una granja, y cuando tenía los ataques lo llevaba de inmediato al médico.
Uno de los problemas que tal vez tengan los estudiantes de Ciencia Cristiana sea decidir precisamente sobre qué curaciones van a escribir. Por mi parte, estoy agradecida por la dedicación de mis padres a la Ciencia y por las curaciones de que fui testigo en sus vidas.
En 1956, mi esposo me trajo un ejemplar de la edición en alemán de El Heraldo de la Ciencia Cristiana que había encontrado en una feria comercial. Las ideas espirituales que presentaba esta pequeña revista despertaron en mí un gran deseo de leer Ciencia y Salud por la Sra.
Después de la Segunda Guerra Mundial, fui prisionero político bajo el régimen totalitario que estaba entonces en el poder en mi país natal. Yo había sido el jefe de un grupo de oposición.
El hombre — la imagen y semejanza de Dios — tiene una relación indestructible con El. Estoy agradecido por haber demostrado, una y otra vez, que el apoyarse en esta verdad siempre resulta en bendiciones.
Hace aproximadamente dieciséis años, antes de conocer la Ciencia Cristiana, un especialista diagnosticó que yo tenía múltiple esclerosis. Además, me dijeron que quedaría ciego y que tenía de seis meses a un año de vida.
Desde que fui alumna regular de una Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, me habitué a recurrir a Dios en momentos de necesidad. Desde hace más de cincuenta y cinco años he tenido muchas pruebas de la protección siempre presente de Dios, pruebas que se han demostrado en una amplia provisión económica, dirección divina y curaciones físicas.
He sido Científico Cristiano toda mi vida y he recibido muchas bendiciones. También he tenido experiencias difíciles, pero como dice Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy (pág.
He estudiado y practicado la Ciencia del Cristo durante treinta años. Durante este tiempo, mi vida ha mejorado continuamente.