Cuando mis padres conocieron la Ciencia Cristiana yo tenía diez años, y la he practicado desde entonces. Hemos tenido toda clase de curaciones.
Durante mi niñez y parte de mi juventud, vivimos en una zona de América Central donde no había ninguna filial de la Iglesia de Cristo, Científico. Pero yo sentía una gran afinidad con las enseñanzas de la Biblia y Ciencia y Salud. Recuerdo que cuando era adolescente solía leer ávidamente Ciencia y Salud, y sentía profundo amor y gratitud por su autora, la Sra. Eddy. ¡He aprendido tanto a través de sus escritos! Esta afinidad con las enseñanzas de la Ciencia Cristiana tuvo como resultado muchas curaciones.
Cuando aún vivía en América Central, sané de sarampión; esto fortaleció mi confianza en el poder sanador de Dios. Al observar la inflamación de mi rostro y otros síntomas, mi jefe pidió un diagnóstico médico inmediato. Un médico confirmó que era sarampión, e indicó que fuera hospitalizada inmediatamente. Después de pedir varias veces que se me permitiera ir a casa para pasar mi convalescencia, el médico consintió.
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