
Relatos de curación
Hace algunos años, después de sufrir un accidente, cuando parecía que no podía estudiar, recordé las curaciones que había experimentado previamente en la Ciencia Cristiana. Recordé que cuando Cristo Jesús sanó a diez leprosos, sólo uno volvió para glorificar a Dios y me di cuenta de que verdaderamente he sido muy bendecido.
Conocí la Ciencia Cristiana cuando era niña, y desde entonces he tenido muchas pruebas maravillosas de su poder sanador. Las enfermedades comúnmente relacionadas con la niñez fueron sanadas rápidamente.
Cuando era niñita, me enviaron por un corto tiempo a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. Durante mi niñez estuve consciente de una relación profunda e íntima con mi Padre celestial, y hablaba con Él como con un padre humano, siempre confiada en que Él se me revelaría a Sí mismo a Su modo, y siempre encontré lo que necesitaba para satisfacer las necesidades de mi niñez.
Quisiera agradecer a Dios desde lo profundo de mi corazón por la curación de una enfermedad considerada incurable según los médicos. Durante catorce años estuve continuamente bajo el cuidado de médicos y no puedo recordar ahora a cuántos médicos vi.
Cuando era niña, un familiar les habló a mis padres sobre la Ciencia Cristiana. Aunque ellos no aceptaron la Ciencia, lo que hablaron me causó una profunda impresión.
Conocí la Ciencia Cristiana por primera vez en 1948 cuando una tía de mi esposa nos invitó a una conferencia. Aunque yo no hablaba inglés, fui con mi esposa.
Un día, después de salir de la escuela, y después de cambiar de ómnibus, descubrí que había perdido mi pase del ómnibus. No pude tomar el siguiente ómnibus y no conocía el vecindario, pero sabía que Dios estaba conmigo y que me conduciría a casa.
La Sra. Eddy dice en el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud (pág.
Las meras palabras son insuficientes para expresar mi gratitud a nuestro Padre-Madre Dios por Cristo Jesús, el Mostrador del camino, y por Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) . Ocurrió en enero de 1974, cuando la madre de mi esposa vino a mí cuando estábamos en su casa donde mi familia tuvo que hospedarse por un corto tiempo mientras buscábamos nuestra propia casa.
El Heraldo de la Ciencia Cristiana (edición en español) fue el primer contacto directo que tuvimos con esta Ciencia. Lo primero que leímos fueron los testimonios de curaciones.