
Relatos de curación
Estoy muy agradecido porque hace muchos años me presentaron la Ciencia Cristiana cuando tuve que solucionar un problema en mi profesión. Al resolver esta dificultad tuve que cambiar por completo mi manera de pensar acerca de Dios, de mí, y del significado de la oración.
Cuando nací le dijeron a mi madre que, debido a que el nacimiento había sido prematuro, yo no viviría. Ella conocía la Ciencia Cristiana y se aferró firmemente a Dios.
“ ‘La necesidad del hombre es la oportunidad de Dios’ ” ( Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, pág. 266).
Cuando tenía alrededor de diez años de edad, estaba ayudando un día a arrancar la maleza en una rosaleda, pero no me puse guantes. Varios días después me apareció en las manos una irritación dolorosa.
“El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también”. “El Padre que mora en mí, él hace las obras” (Juan 14:12, 10).
En mi juventud siempre me gustaba leer la Biblia; la apreciaba más que otros libros — inclusive novelas y otra literatura. Deseaba conseguir algo verdadero, acertado y seguro.
Ha sido mi experiencia ver dificultades profesionales resueltas mediante las verdades reveladas en la Ciencia Cristiana. Hace algunos años, siendo representante de una empresa francesa, me vi enfrentada con serias dificultades.
En 1972 trabajé durante los meses de verano para pagar mis estudios universitarios en el otoño. Por medio de un amigo pude conseguir trabajo en una fábrica de cemento en una comunidad industrial cercana.
La curación en la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) proviene de la purificación de nuestros pensamientos y esta purificación es el resultado de la comprensión espiritual que se obtiene mediante el estudio de la Biblia, de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, y también del estudio diario de la Lección-Sermón que aparece en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. Tuve la alegría de tener curaciones tan pronto como empecé a estudiar y a concurrir en Buenos Aires a una filial de La Iglesia Madre.
Durante más de treinta años, desde que comencé el estudio de Ciencia Cristiana, he confiado únicamente en Dios para la curación. La Mente, Dios, ha sido mi única medicina.