La Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) ha sido una manera de vivir para mí, durante muchos años. Mis primeras curaciones fueron de intensas jaquecas y de problemas estomacales. Desde hace muchos años estoy libre de dolores y sufrimientos; y he gozado plenamente de la vida durante más de ochenta años.
Cuando adoptamos esta nueva religión en nuestro hogar, con nuestros tres niños, dejamos nuestra antigua religión y nos afiliamos a la Iglesia de Cristo, Científico, y asistíamos a sus cultos regularmente. Las curaciones se efectuaban rápidamente, la mayoría por medio de nuestro propio crecimiento en el entendimiento de Dios y Sus leyes. El negocio de mi esposo comenzó a prosperar.
Uno de nuestros hijos, que había nacido con una deformidad, tuvo una notable curación. La lectura de la Biblia, el estudio y la oración, me trajeron la luz de la inspiración a través de un coloquio en Miscellaneous Writings (Escritos Misceláneos) por Mary Baker Eddy. Dice (pág. 167): “En esta época, las preguntas materiales que se hacen acerca de la reaparición del concepto infantil del hombre creado por Dios, se asemejan a las de una madre carnal, aunque las respuestas se refieren a la idea espiritual según la Ciencia Cristiana: —
¿Es él deforme?
Él es completamente simétrico...”
Cuando leí esto, comprendí que toda la creación de Dios tiene que ser bella, incluyendo a este niño. Luego de haber orado un rato y agradeciendo a Dios, miré a mi hijo y vi que su cuerpo estaba normal. Esta curación me hizo que decidiera dedicar mi vida a sanar a otros y ayudar a las iglesias nuevas o más pequeñas. He trabajado en casi todos los cargos, y aún me pregunto cómo puedo saldar suficientemente mi deuda de gratitud a Dios por la Ciencia Cristiana, por el sacrificio de Cristo Jesús y por la vida de dedicación de la Sra. Eddy.
Hace algunos años, un famoso físico nuclear oyó a mi esposo decir en voz alta unas líneas de “la declaración científica del ser” que comienza: “No hay vida, verdad, inteligencia ni sustancia en la materia. Todo es la Mente infinita y su manifestación infinita, porque Dios es Todo-en-todo. El Espíritu es la Verdad inmortal; la materia es el error mortal” (Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por la Sra. Eddy, pág. 468). Cuando hubo terminado, el físico le preguntó: “¿De dónde has sacado eso?” Mi esposo le contestó: “La Sra. Eddy lo dijo hace casi cien años”. Entonces el físico dijo: “Es verdad, la materia no existe”.
La primera experiencia que me demostró esta verdad, me había ocurrido algunos años antes cuando sané de la fractura de un tobillo. Un practicista de la Ciencia Cristiana me dio tratamiento por medio de la oración, y sané instantáneamente. Desde entonces jamás he tenido problemas con el tobillo. De igual modo, cuando mi hijo se fracturó la muñeca jugando fútbol, oramos y nos acordamos de mi curación. Al día siguiente su muñeca estaba normal y pudo volver a la escuela. Tuvieron que tomarle radiografías al volver. El médico dijo que se había fracturado la muñeca pero que estaba completamente curada; esa misma tarde le permitieron ir a practicar fútbol.
En varias oportunidades en que me caí y se me presentaron evidencias de lastimaduras, declaré: “Nada malo me ha ocurrido. Soy el reflejo de Dios”. Estoy aprendiendo que el camino más rápido y fácil para sanar es liberándose de la creencia de que exista materia alguna que pueda lastimarse o enfermarse. Ciertamente, “la semejanza del Espíritu no puede ser tan desemejante al Espíritu” (ibid., pág. 475).
También he aprendido mucho estudiando las definiciones en el Glosario de Ciencia y Salud. Mi anciano padre vivió conmigo durante algunos años. Una vez vi cómo se sanó de una lucha mortal, causada por lo que parecía ser neumonía. Todo un día lo pasé sentada al lado de la cama de mi padre orando y leyendo. La mayor parte del tiempo estuvo inconsciente. Finalmente dejó de respirar y todo indicaba que había fallecido. Tenía Ciencia y Salud en mis manos y recuerdo haber dicho, “¡Dios mío, ayúdame!” Dejé que el libro se abriera por sí solo, y se abrió donde se encuentra la definición de “Padre” en el Glosario (pág. 586); leí: “La Vida eterna”. Comprendí que Dios me había guiado y esperaba que mi padre viviera. En pocos minutos nuevamente estaba consciente y respiraba. Luego se sentó y se levantó de la cama. Al día siguiente estaba trabajando en el jardín. He aprendido que es innecesario un largo período de convalecencia cuando Dios nos sana.
Cuando recuerdo las muchas bendiciones que hemos tenido reconozco que la Ciencia Cristiana ha significado más que nuestra fiel asistencia a la iglesia; ha sido el camino de la Vida para nuestra familia. Hemos sido fieles a la iglesia y a los estatutos que la gobiernan. Mi hijo dijo que no recordaba haber faltado nunca a las clases de la Escuela Dominical o haber querido quedarse en casa. En la familia quería estar cada uno en su lugar en la iglesia y en la Escuela Dominical. ¡Cuán agradecidos estamos a Dios por el Mostrador del camino, Cristo Jesús, por la Sra. Eddy, y por todo el bien que nos trae la Ciencia Cristiana!
Princeton, New Jersey, E.U.A.
