Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

[Original en finlandés]

La ayuda de un estudiante de Ciencia Cristiana fue inmensurable cuando...

Del número de agosto de 1977 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La ayuda de un estudiante de Ciencia Cristiana fue inmensurable cuando nuestra hija fue sanada por medio de la oración.

A los cuatro meses de edad, nuestra hijita enfermó gravemente. El diagnóstico fue de fibroelastosis. El corazón de la nena se dilató tanto que era anormalmente grande. Los médicos que la atendían nos dijeron que se trataba de una condición incurable. No conocían ningún caso de esta enfermedad en que el paciente hubiera llegado a una edad normal.

Vivíamos en constante temor. Esta situación nos ocasionaba aún más angustia durante simples resfriados o fiebres. Pensamos que no podíamos cuidar a la niña en casa y muchas veces fue internada en un hospital.

Cuando Jaana cumplió más o menos dos años y cuatro meses de edad, leí en una revista un artículo sobre Ciencia Cristiana, y de la ayuda que por medio de la oración puede recibirse de los que estudian el libro Ciencia y Salud por la Sra. Eddy. El artículo también incluía una entrevista con un Científico Cristiano finlandés. Tan pronto como terminé de leer el artículo, le hablé por teléfono a esta persona. En mi desesperación le pedí que orara por el restablecimiento de nuestra hija. Luego seguí llamándolo cada semana y en el verano de 1973 fuimos a verlo con nuestro hija. Mientras tanto, habíamos dejado de darle medicamentos. Desde que pedí ayuda por medio de la oración, supe dentro de mi corazón que nuestra hija sanaría.

En el otoño de 1973, como lo requería la ley, un cardiólogo examinaba a los niños que estaban enfermos del corazón en nuestra ciudad. Grande fue su sorpresa al ver que nuestra hija estaba sana. Estoy segura de que nunca olvidaré sus palabras: “No sabemos qué ha ocurrido aquí. Esta niña está sana”. Con lágrimas de alegría le dije que yo sí sabía qué había ocurrido; que habíamos pedido ayuda por medio de la oración. Al irnos, el médico nos dijo: “Hace dos mil años ocurrían milagros por medio de Cristo Jesús, y ¿por qué no también ahora?”

Desde esta curación nos ha sido fácil creer en el amor de Dios. Dios nos ayudó en nuestra angustia por medio de la oración de la Ciencia Cristiana.


Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / agosto de 1977

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.