Hace más de veinte años, un eminente neurólogo me dijo que yo estaría parcialmente inválida por el resto de mi vida. Como en ese entonces contaba sólo veinte años de edad, no era esto una perspectiva placentera. En mí misma rechacé este pronóstico, aunque seguí fielmente las instrucciones del neurólogo.
Poco tiempo después, algunos de mis parientes me hablaron de la Ciencia Cristiana. Con el tiempo llegué a leer un libro acerca de Ciencia Cristiana y de Mary Baker Eddy. Ello suscitó mi interés en tal forma, que inmediatamente me puse a leer Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por la Sra. Eddy.
Las declaraciones que ella hace en su libro contestaron a muchas de mis preguntas acerca del verdadero ser y propósito del hombre. Al llegar a la mitad del libro me dije: “Si creo que esto es la verdad, debo obedecerlo”. Fui al botiquín y descarté todas las píldoras que tenía. Ya no descansaba varias veces al día. Comencé a vivir una vida normal, enérgica, abundante y útil, sin temor ni desesperación. Ciencia y Salud me acompañaba constantemente. Fue maravilloso el cambio que experimenté.
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