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Relatos de curación

Recupera el movimiento de la pierna

En nuestras oraciones, mi esposa y yo también reconocimos que sólo estamos sujetos a la ley del Principio divino, a la ley de la armonía, la fuerza y la precisión.

La irritación en los ojos desapareció muy pronto

Mi estudio de la Ciencia Cristiana me ha revelado que debemos negarnos a aceptar en nuestra conciencia cualquier sugestión respecto a la realidad y la presencia de la enfermedad o cualquier otra discordancia.

Orar por el mundo elimina el agotamiento

Me di cuenta de que no hay sentido más elevado de amor por nuestro prójimo, cercano y lejano, que el de apreciar la verdadera identidad espiritual de cada uno como hijo amado de Dios.

Una experiencia y curación sagradas

Dios es la Mente infinita, y esta Mente me había alimentado con todo lo que necesitaba saber y decir para responder al ataque a la política. Era como si Dios me lo hubiera dictado.

Confía en la Verdad

Después de orar con estos hechos espirituales, sentí la presencia de Dios y una alegría que nada podía quitarme. Confiando en el Señor con todo mi corazón, me fui a dormir y oré de esta manera cada vez que me despertaba durante la noche.

Orar con el Salmo 23 trae libertad

Tenemos un solo cuerpo, una sola identidad, y ese cuerpo está compuesto únicamente de sustancia espiritual, incluyendo la verdadera idea espiritual del corazón.

Correr a distancia libre de dolor

Sabía que mi ser es verdaderamente espiritual, lo que significaba que no podía ser perjudicada por las limitaciones materiales; la materia no es parte de la creación espiritual de Dios. Dios es Amor y ama a Sus hijos.

Todos los miembros de la casa son sanados

La confianza en la omnipotencia y omnipresencia de Dios, el Espíritu, nos da la autoridad espiritual para silenciar el miedo y vencer la creencia de que la enfermedad es real y puede ser contagiosa. Al cuidar de nuestra familia, oré para sentir esa confianza espiritual.

La oración persistente satisface el anhelo de ser madre

También llegué a comprender que Dios, que es el Amor mismo, no nos daría un deseo y luego nos impediría, o permitiría que se nos impidiera, poder cumplirlo. También me di cuenta gradualmente de que, si algún deseo no era de Dios, naturalmente se desvanecería.

Sana de intenso dolor de espalda

Cuando colgué el teléfono con la practicista, recuerdo que estaba consciente del hecho de que Dios estaba allí conmigo y nunca me había dejado.

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.