
Relatos de curación
Si el amor de Dios no tiene límites, entonces lo que es posible también es ilimitado. Lee aquí cómo se reconstruyó la sustancia ósea.
Saber que Dios, la Mente divina, estaba cuidando tanto de ella como del bebé, y que el hecho de que el niño recibiera todos los nutrientes que necesitaba no podía dañarla de ninguna manera, fueron algunas de las ideas que ayudaron a Christianne a superar la anemia diagnosticada durante el embarazo.
Me gustaría compartir una experiencia que tuve hace un tiempo, cuando estaba preparando todo para visitar a mi suegro en otra ciudad con mi marido e hijos. Para aprovechar que estaríamos fuera de casa por unos días, mi esposo y yo tuvimos la idea de fumigar el exterior de la casa, tarea que yo había hecho con anterioridad.
Cuando su madre falleció, en lugar de angustiarse, la embargó un profundo sentido de que Dios, el Amor, la amaba a ella, a su madre y lo único que sintió fue consuelo y una alentadora paz. Al reflejar ese mismo amor, ella pudo incluso consolar a otros que estaban afligidos.
Parecía que todo iba mal. Las finanzas, el matrimonio, los trabajos y los permisos estaban en una situación desesperada. No obstante, poner a Dios primero trajo soluciones concretas a todos estos problemas.
El deseo de escuchar sólo la voz del Amor, de Dios, llevó a Brigitte a ver la nada de las sugestiones agresivas sobre temas como la guerra, la pobreza, el odio y la corrupción, y a ver la nada de estos errores debido a la totalidad del Amor. Como resultado, sanó de una deficiencia auditiva.
Todos vivimos en la atmósfera del amor de Dios, donde cada individuo está en casa.
Resolvió hacerlo mejor y perdonar al oficial, y la enfermedad pronto desapareció.
Al enfrentarse con una condición de la vista relacionada con la edad, ella oró sabiendo que tenía el derecho —y las herramientas en la Ciencia Cristiana— de “anular” esta sentencia injusta sobre su vista. Ella, de hecho, lo hizo, y está permanentemente sanada de este problema.
Cuando se le informó que sus riñones no funcionaban bien, él y su esposa se comprometieron a perseverar con la curación en la Ciencia Cristiana y no con la diálisis. Esta firme postura les dio valor. La curación es permanente.