
Relatos de curación
Cuando conocí la Ciencia Cristiana, hace ya varios años, sufría de obesidad mórbida, enfermedad vascular y era candidata a una cirugía bariátrica para bajar de peso. Al hacerme los primeros exámenes médicos para la intervención, descubrieron que tenía apnea y un problema arterial, por lo cual no querían arriesgarse a operarme.
Eran las 3 de la madrugada, cuando me desperté con dolor de muelas, el cual al principio no era muy fuerte. Como siempre hago cuando enfrento alguna situación, me puse a orar.
En el año 2010, durante un chequeo médico, me diagnosticaron cáncer en el pecho. Ese fue un golpe muy grande para mí.
En 2011, cuando me di cuenta de que estaba embarazada, me sentí muy feliz. Sin embargo, durante el segundo mes de embarazo empecé a sangrar.
En Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, leemos: “Los ángeles no son seres humanos etéreos, desarrollando en sus alas cualidades animales; sino que son visitantes celestiales, que vuelan con alas espirituales, no materiales. Los ángeles son pensamientos puros de Dios, alados con Verdad y Amor, sin importar cuál sea su individualismo” (pág.
Estoy muy agradecido a la Ciencia Cristiana por las bendiciones que me brinda con tanta frecuencia. Es un tesoro que tengo a mi alcance todos los días.
Una noche tarde, recibí una llamada del hospital de niños, diciéndome que mi hija de 20 años había sido atropellada por un automóvil, y estaba internada, muy grave. Comencé a orar de inmediato.
En Hechos 17:28 dice, refiriéndose a Dios: “Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos”. Hace más de un año, en mayo, al levantarme de la cama sentí un agudísimo dolor en la espalda.
Cuando mi hija mayor era una niña, vivíamos en el Prado, una zona muy bonita de la ciudad. A ella le encantaba andar en bicicleta con su amiguita.
Corría el año 1997. Desperté una mañana con un fuerte dolor en el estómago.