Relatos de curación
Corría el año 1997. Desperté una mañana con un fuerte dolor en el estómago.
“Cada desafío a nuestra fe en Dios nos hace más fuertes”, escribió Mary Baker Eddy en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras (pág. 410).
Una mañana desperté muy temprano sintiéndome en un estado de descontrol total. Sentía un fuerte dolor de cabeza, tenía vómitos, diarrea y no podía pararme.
Hace cinco años, me dolía mucho doblar o estirar las piernas. Me costaba bastante andar sin cojear.
Conocí la Ciencia Cristiana en 2011 por medio de una amiga que vive en mi barrio. Leíamos juntas la Lección Bíblica semanal de la Ciencia Cristiana, y yo sentía una gran sensación de paz cuando hablábamos sobre los conceptos que estábamos estudiando en la Ciencia Cristiana.
¡A mí me encanta bailar! La danza es una expresión de cualidades como gracia, ritmo, disciplina, energía, alegría, agilidad, armonía y coordinación. Una noche, hace unos años, tuve que salir antes de tiempo de un certamen de baile debido a un dolor en la espalda.
Comencé a fumar cuando tenía unos 11 años. Lo hice porque mis amigos en la escuela y la gente que conocía en mi barrio, fumaban.
Conozco la Ciencia Cristiana desde hace más de veinte años. El estudio del libro Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, me ha ayudado a conocerme a mí misma, y a encontrar al Dios amable y bondadoso que yo había presentido desde niña.
Durante un viaje a Florida, desperté una mañana cubierta de picaduras de chinche y llena de ronchas. Ese día permanecí adentro de la habitación porque mi aspecto era muy desagradable y no quería molestar a nadie.
Hace cinco años, viajé a São Paulo, durante un fin de semana largo para visitar algunos familiares. El día que tenía planeado regresar, cerca de la hora del almuerzo, de repente sentí un dolor tan fuerte en la espalda y en las piernas que no podía moverme y miembros de mi familia tuvieron que llevarme hasta la cama.