
Relatos de curación
La Navidad pasada estaba limpiando la casa para poner el árbol y las decoraciones, cuando de pronto sentí que me desmayaba. Pensé en acostarme por un momento, pero una voz interior, una inspiración divina, me dijo: “¡No! tienes que hacer justamente lo contrario! Tienes que ‘despertar’ de este sueño falso, no dormirte en él!” Soy estudiante de la Ciencia Cristiana desde que era niña, y he podido comprobar a través de muchas curaciones que la enfermedad es un sueño falso que nunca forma parte de la realidad espiritual.
Mi primera menstruación ocurrió cuando tenía 13 años de edad. Era muy doloroso, irregular, abundante y duraba varios días.
En una oportunidad, me encontré con una amiga a quien hacía mucho tiempo que no veía. Ella me contó que había tenido una seria infección en el riñón.
Un día, cuando era adolescente, hace ya muchos años, me di cuenta de que tenía una caries en uno de los dientes de atrás. Como conocía el libro Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy desde que era niña, decidí tratar esa condición con la Ciencia Cristiana.
Conocí la Ciencia Cristiana cuando era adolescente. En aquella época tenía hemorragias nasales siempre que estaba bajo los rayos del sol o el día era muy caluroso.
El año pasado, estaba yo un día en la parte superior de una escalera de seis escalones tratando de sacar una valija grande de un ropero, cuando de pronto perdí el equilibrio, caí al suelo y la valija se me cayó encima. La misma tenía adentro una maleta más pequeña y era relativamente pesada.
¡Una ciudad de nueve millones de habitantes! Me pregunto cuánta gente pensará dos veces antes de ir a una zona que le es desconocida, o tendrá temor de perderse en el camino o que la asalten. Cuando veo por televisión imágenes que me infunden un sentido de inseguridad de la ciudad en que vivimos, busco refugio en los pasajes inspirados de la Biblia, que nos muestran que Dios es el poder que gobierna y cuida de todos nosotros.
Hace dos años, empecé a tener una hemorragia que no estaba relacionada con el período. El sangrado duraba muchos días y era tan fuerte que a veces tenía náuseas.
Un lunes por la noche, en junio de 2012, cuando regresé a casa del trabajo, tenía mucho frío y me sentía muy débil. A la mañana siguiente, todavía no me sentía bien, pero fui a trabajar de todos modos.
Mediante mi estudio de la Biblia y del libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, he aprendido que por ser hija de Dios jamás puedo estar separada del Amor divino, Dios. Comprender y experimentar esto me hace sentir sumamente agradecida.