¿Debemos usar paracaídas, salidas de incendio, cerraduras y llaves, cinturones de seguridad en los automóviles, guantes para retirar los platos calientes del horno, etc.? ¿Se contradice el uso de esas precauciones humanas con el requisito de la Ciencia Cristiana de que nuestra seguridad y curación han de depender de Dios, el Espíritu divino?
Escribe la Sra. Eddy: “Sólo por medio de una confianza radical en la Verdad puede realizarse el poder científico de la curación”.Ciencia y Salud, pág. 167; Pero en otra parte nos advierte que “Uno no debiera permanecer en la tempestad si el cuerpo se está helando, ni detenerse en las llamas devoradoras. Mientras no se puedan prevenir los malos efectos, debiera evitarse lo que los ocasione”.ibid., pág. 329;
Las conflagraciones destructivas, los accidentes y las situaciones criminales son errores del sentido material, desviaciones de la mente mortal. No existen en Dios, la Verdad; y Dios, la Verdad, no está en ellos. Dios no tiene necesidad de dispositivos materiales para contrarrestar los peligros de estos fenómenos antinaturales, pues para Él no existen. Por medio de la comprensión de que Dios es todo, no sólo podemos vencer los malos resultados que se pudieran derivar de estas falsas imágenes mentales, sino también las falsas imágenes mismas.
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