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“Ellos recibirán consolación”

Del número de agosto de 1974 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Cristo Jesús estaba hablando de algo mucho más grande que del consuelo humano cuando dijo: “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación”. Mateo 5:4; Y prometió: “El Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. Juan 14:26;

El sentido material de consuelo es engañoso. Nos hace creer que la vida material satisface, que la substancia material nos da seguridad y que las circunstancias materiales son esenciales para la felicidad y el afecto. Pero la creencia en la materia es un error que nunca proporciona satisfacción, seguridad o alegría verdaderas. En Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras Mary Baker Eddy escribe: “El malestar bajo el error es preferible al bienestar”.Ciencia y Salud, pág. 101; Y dice: “La pérdida de esperanzas y placeres terrenales ilumina la senda ascendente de muchos corazones. Los dolores de los sentidos no tardan en informarnos que los placeres de los sentidos son mortales y que la alegría es espiritual”.ibid., pág. 265. Si perdemos algo que forma parte de nuestro concepto material de la vida, nos lamentamos por ello hasta que de alguna manera somos consolados. Pero las pérdidas que experimentamos se transforman en ganancias cuando nos impulsan a buscar como nuestra meta una comprensión de la vida, la substancia y el ser espirituales. Dios, el Espíritu, es la única Vida verdadera, la única substancia, la úncia Verdad. El hombre es el reflejo de Dios. La comprensión que la Ciencia CristianaChristian Science: Pronunciado Crischan Sáiens. nos trae, nos da consuelo en la Verdad.

Puesto que el hombre refleja a Dios, coexiste con Él en la Vida inmortal. El ser del hombre es tan eterno como el Espíritu y la Verdad. Lo que vemos como el venir e irse de los mortales es el falso concepto del hombre. Los individuos que vemos no se originan por sí mismos, ni son originados por otros mortales; son, en realidad, ideas de la Mente divina. Pero somos engañados a ver estas ideas como mortales que tienen un momento determinado para nacer y un momento determinado para morir. El falso concepto no es simplemente el concepto de un individuo, sino toda la falsedad de la materia como vida, substancia y ser. El individuo que vemos temporalmente no es, realmente, un individuo temporal, pero en la medid en que nuestro concepto del ser es temporal, vemos y conocemos a cada individuo bajo un concepto temporal.

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