Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

La certeza de la Verdad

Del número de agosto de 1974 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Por medio de la radio, los periódicos, la televisión y otros medios de comunicación, el mundo continuamente le está sugiriendo a nuestro pensamiento que ciertas circunstancias son afortunadas, algunas empresas, desdichadas y que existe un sinnúmero de fuerzas contendientes operando en la experiencia humana haciendo la vida muy incierta. Mas la Ciencia Cristiana revela que Dios solo gobierna al hombre y el universo, y que Su gobierno es eternamente armonioso, constante, inmutable. El hombre de Dios no está sujeto al azar, al cambio, o a la suerte porque Dios es el bien infinito, Verdad omnipotente. Él no divide Su gobierno con algún otro poder, puesto que no existe otro poder verdadero. Dios es Padre y Madre de Su propia perfecta creación, y esta creación continuamente le refleja y está por siempre en unidad con Él.

Dios es Verdad infinita, y la Verdad no sabe de incertidumbre. La Sra. Eddy escribe: “La Verdad es Dios, y está en la ley de Dios. Esta ley declara que la Verdad es Todo, y que no existe el error. Esta ley de la Verdad destruye cada fase del error”.La Unidad del Bien, pág. 4; ¡Qué valor y fortaleza emanan de saber que Dios es Verdad invariable y que la Verdad es Principio divino, siempre presente! No existe otro poder o presencia que gobierne o dirija nuestro destino o influya nuestro pensamiento y nuestra acción. Esta comprensión espiritual puesta en práctica diaria, nos protege, dándonos dominio sobre cualquier circunstancia indeseable o discordante que pueda presentarse. Destruye el temor al presente o al futuro y supera falsas creencias de enfermedades hereditarias, accidentes y sucesos inevitables, dándonos confianza en el poder protector de Dios y la seguridad de salud, armonía y dirección.

La Ciencia Cristiana rechaza la creencia general de que la vida es un juego de azar y que no hay nada que podamos hacer para evitar que sea así. Muestra que la creencia humana en el azar, o en buena o mala fortuna, no es cierta y que no afecta al hombre hecho a la semejanza de Dios. Dios solo es el origen del hombre, y Él preserva Su propia imagen en perfección invariable. El hombre no tiene derecho a ser la víctima o el agente de las creencias del mal. El hombre existe para expresar a Dios, el bien. Él es el testigo de la Verdad y refleja e incorpora la certeza de la Verdad. Cuando llegamos a comprender estas verdades, ellas constituyen una nueva norma para nuestro diario vivir. Nos esforzamos por hacer que todo pensamiento, palabra y obra expresen el juicio de la sabiduría divina. Sabemos que jamás podemos separar de Dios nuestro ser y nuestras acciones, más de lo que podríamos separar nuestra vida del Principio divino que nos anima.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / agosto de 1974

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.