Eventualmente se probará que somos inmortales. Pablo dice: “Es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad”. 1 Cor. 15:53;
Pero no todos encaran esta perspectiva con regocijo. Inmortalidad significa “exención de la muerte”; y muchos que creen que ellos mismos y los demás son seres físicos, a menudo se encuentran en un dilema cuando consideran lo que implica la inmortalidad universal. Algunos razonan así: Si todos los seres humanos son inmortales (no mueren), es evidente que desde hace mucho tiempo el mundo no hubiera podido contener la población. Otros se preguntan: Entonces, Moisés todavía estaría en la tierra, y también la viuda de Sarepta (sólo que no habría sido viuda ya que su esposo no habría muerto), Julio César, Abraham Lincoln y Juana de Arco. ¿Cómo habría afectado esto al mundo? ¿Sería mejor o peor la humanidad? ¿Sería alguien mejor si supiera que ni él ni sus familiares jamás morirían?
La mayoría de la gente teme a la muerte y hace cuanto está a su alcance para evitarla. Sin embargo, para muchos la perspectiva de vivir para siempre en la carne, es deprimente. La perspectiva de tener que vivir un siglo tras otro de días como el de ayer o el de anteayer, es pavorosa. Pero cuando Cristo Jesús dijo: “El que guarda mi palabra, nunca verá muerte”, Juan 8:51; fue recibido como una buena nueva para la humanidad. Aún sigue siendo una promesa preciosa que los cristianos aprecian mucho; así que, seguramente, significa mucho más que creer que la vida física es indestructible.
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