
Editoriales
Aunque sea obvio, no me deja de maravillar que la Biblia haya perdurado tanto tiempo. Tal vez mi reacción hecho de que vivo en el siglo veinte, en donde todo parece estar en un estado de cambio.
Un sermón que apareció el año pasado en un número de The Christian Ministry habla de la época en que el gran compositor George Frederick Händel estaba pasando por momentos difíciles en su vida y carrera. Hacía poco que había padecido de una grave enfermedad que le había dejado las manos parcialmente paralizadas.
Estaban haciendo un censo del gobierno romano en Belén. La ciudad estaba atestada.
El deseo de mejorar la práctica de la Ciencia Cristiana, para vencer las pretensiones de la enfermedad y del pecado por medio de la Ciencia del Cristo, es lo más valioso en la vida de todo Científico Cristiano. Por lo tanto, es importante estar alerta a todo lo que pretenda retardar nuestro progreso en esa dirección.
Una amiga mía se crió a orillas del Lago Como en Italia. La casa de su familia estaba justo al borde del agua y, por supuesto, aprendió a nadar a una edad temprana.
Primera reflexión: El descubrimiento es todo. Segunda reflexión: Hay una enmienda de capital importancia a esa primera reflexión.
La Biblia nos hable de que “nacerá el Sol de justicia” y “en sus alas traerá salvación”. Cuando sanamos de alguna enfermedad mediante la oración, a veces sentimos que fue algo parecido a la luz del amanecer que final e ineludiblemente está allí.
Durante una conferencia de educadores para las escuelas públicas almorcé con siete personas de diversas culturas. En nuestra mesa había personas de ocho ciudades representando cuatro países.
De todas las pinturas que ilustran la Anunciación, la que más me gusta es el fresco de Fra Angélico, que se exhibe en el Convento de San Marcos en Florencia. En la sencillez de su obra, el artista capta la maravilla del mensaje angelical que recibió María de que ella daría a luz a Jesús.
¿Por qué existe la esperanza de que la salud va a mejorar? Claro que algunas personas no esperan particularmente que su salud mejore o que una enfermedad desaparezca. No obstante, la mayoría de las personas esperan "sentirse mejor".