Todos Conocemos Personas que aun en medio de la rutina del diario vivir, miran más allá y perciben cosas que a menudo pasan desapercibidas para otros. Eso hace toda la diferencia.
Una importante lección sobre esto la encontramos en la historia de la visita que Cristo Jesús hizo a la casa de Lázaro y sus dos hermanas, María y Marta. Marta estaba afanada en muchas cosas. En efecto, estaba tan preocupada atendiendo a los detalles de la comida que preparaba para su invitado, que regañó a María porque no la ayudaba. Pero María no podía separarse del Maestro. Debe de haber estado atenta a cada una de sus palabras. Jesús respondió: "María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada".
Nuestra vida, también, puede estar colmada de afanes con los detalles de la vida diaria. Podemos esforzarnos tanto por arreglar las cosas, que dejamos de escoger "la buena parte". Y la buena parte tiene que ser, por lo menos, la visión espiritual de la presencia de Dios y de nuestra relación con El, que nosotros necesitamos cultivar y desarrollar.
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