Editoriales
Es sólo el Amor divino, vivido prácticamente en nuestra experiencia diaria, lo que permite que nuestros sistemas políticos pasen metafóricamente de la muerte a la vida, para ser renovados y fortalecidos.
Cuando las cosas que hemos apreciado están inestables, cambian, son cuestionadas o debatidas, o incluso perdidas, encontramos que la misma Roca salvadora que encontró el salmista —el fundamento eterno y espiritual del Amor divino, Dios— todavía está presente.
Querer hacer una diferencia para la humanidad es más que una perspectiva positiva del mundo. Es el resultado del impulso espiritual en la consciencia humana llamado el Cristo.
Este autor atesora saber que el Cristo está con todos nosotros ahora y siempre, y es capaz de sanar cualquier situación, ya sea enfermedad física, depresión, provisión inadecuada o cualquier otra cosa. Y les desea a todos una Navidad llena del amor de Dios que redime, restaura y sana.
La gratitud disminuye nuestros temores y abre nuestros corazones al Cristo —el mensaje de Dios de la realidad espiritual— que imparte soluciones inspiradas a nuestras necesidades. Un corazón incondicionalmente agradecido nos eleva a la consciencia misma de la bondad de Dios que saca a la luz la salud, los recursos suficientes y la felicidad.
Percibir esta libertad otorgada y reflejada por Dios sana nuestras mentes y cuerpos
Cada curación en la Ciencia Cristiana demuestra el orden del cielo en la experiencia presente. La ley divina está en pleno funcionamiento a cada momento, y la curación verdadera subordina, tanto al paciente como a la ley natural, al designio inquebrantable del Amor divino.
Dios es Todo, la única Vida y Mente, y los hijos de Dios pueden ser movidos sólo a sonreír amablemente, amar sin esfuerzo y vivir en armonía.
La paz está intrínsecamente ligada a lo que el amor realmente es y hace: a Dios como el Amor infinito que nos bendice a cada uno de nosotros, a nuestra propia expresión del amor de Dios día a día y momento a momento.
¿Cuánto de lo bueno en nuestras propias vidas pasa desapercibido o se da por sentado?