Editoriales
El otoño comenzaba. Mi amigo y yo levantamos campamento al amanecer y a media mañana remábamos en nuestra canoa, alejándonos de un bosque en Canadá.
La curación es algo valioso. La gente seguía a Cristo Jesús y lo buscaba porque él sanaba.
Una voz alerta, ligeramente preocupada, me habló por el intercomunicador del ascensor. Era una voz agradable, preguntándome si podía ayudarme.
Durante siglos, la gente ha meditado sobre cómo ha de ser el cielo. Algunos se lo han imaginado como un estado feliz de perpetuo descanso.
No hay ninguna situación que esté más allá de la ayuda del Amor divino. En la naturaleza abundan enternecedores indicios que muestran que el Amor divino apoya todos nuestros esfuerzos correctos.
Ser un niño es sentir como si siempre se estuviera comenzando y que vendrán cosas nuevas. Ser un niño es mirar cosas y verlas.
Cuando el Apóstol Pablo escribió sobre la oración, sus palabras debieron de haber conmovido a los primeros cristianos, así como han desafiado a los lectores del Nuevo Testamento desde entonces. “Estad siempre gozosos”, escribió él.
En la lengua esquimal hay muchas palabras para el vocablo nieve. Esto es natural.
No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. Exodo 20:16 ¿A quién le interesa el Noveno Mandamiento? A todos nos debe interesar.
La teología genuina tiene que conocerse por sus efectos beneficiosos. Por lo tanto, podría decirse que los teólogos verdaderos se conocen por sus obras.