
Editoriales
Muchos han viajado una larga distancia para adquirirla. La anhelan.
La historia de nuestro planeta desgraciadamente nos muestra con mucha frecuencia que hay muy poco respeto por el valor de la vida individual. En muchas ocasiones, los intereses egoístas de unos pocos que tenían poder, o de muchos que procuraban tenerlo, trajeron como resultado la denigración y destrucción de quienes fueron usados para promover esos intereses o de quienes se interpusieron.
No siempre es fácil definir la ética. Aún así, es de esencial importancia tener claro lo que deberíamos hacer y lo que podemos esperar unos de otros.
Un hermoso día de sol fui a caminar por un hermoso jardín. Cuando llegué al lago vi un conjunto de blancas flores de loto que crecían bajo un puente decorativo.
Las parábolas de Cristo Jesús tenían el propósito de elucidar la naturaleza del reino de Dios, el cual, dijo a sus discípulos, se había acercado, y que estaba “entre vosotros”. Y las lecciones que Jesús enseñó son aún sumamente esenciales si esperamos comprender hoy el significado del reino de los cielos en nuestra vida.
Mi padre tenía una serenidad interior que le permitía comunicarse con la naturaleza de un modo especial. Estaba familiarizado con las minucias de la vida en los campos y setos que rodeaban la casa donde pasé mi niñez, y cuando era niña me encantaba salir con él en las mañanas de primavera a buscar los primeros nidos de pájaros y las tempranas prímulas.
El nacimiento de Jesús es una de las historias más improbables. Pensemos en todos los sucesos improbables que fueron parte de ese nacimiento.
Una pregunta que nos perturba a todos de vez en cuando es: “¿Estoy progresando realmente? Puede ser que nos preocupe la perspectiva de nuestra carrera, el progreso de nuestro negocio o incluso el desempeño de nuestros hijos en el colegio. Y, con mucha frecuencia, la medida que usamos para determinar nuestro progreso es el criterio mundano, el cual puede variar como una veleta.
Todos hemos escuchado alguna vez decir que si fuésemos buenos en todo sentido, la vida sería bastante aburrida. No obstante, no ser totalmente buenos está causando considerables problemas en la década del 80.
Solíamos ir al cine casi todos los sábados por la tarde durante el verano. El cine no costaba mucho en esos días para los menores de doce años.