Editoriales
Hace unos tres o cuatro años, escribí una carta a una historiadora cuyos libros me habían enseñado mucho. Esta escritora tiene la habilidad de percibir en profundidad los acontecimientos y el carácter humanos.
A veces, cuando la gente escucha, por primera vez, acerca de la Ciencia Cristiana, se sorprende de ciertos términos y expresiones usados en una manera que no le es familiar. Uno de estos términos es la palabra error.
Los dos hombres van caminando por el polvoriento camino. Ese día, llevan una pesada carga en sus corazones mientras caminan.
Un amigo mío tenía un trabajo que incluía la nueva decoración de una clínica. El proyecto requería extenso trabajo en un pabellón de la clínica donde vivían hombres y mujeres quienes, ante toda apariencia humana, habían caído en una severa senilidad.
La Descubridora de la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) , Mary Baker Eddy, usó ilustraciones tomadas de distintos aspectos de la experiencia humana para ayudarnos a entender cabalmente la influencia del pensamiento sobre el cuerpo. En Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras ella relata la experiencia, que se había publicado en una revista médica, acerca de una joven que sufrió una decepción amorosa.
Algunas personas limitan el milenio a un período de mil años de santidad en el que Cristo reinará sobre la tierra. Pero, en realidad, el mensaje de donde se deriva esta información literal (Apocalipsis 20:1–6) es de carácter simbólico.
El agnosticismo, en realidad, no niega la existencia de Dios. Lo que el agnóstico sí niega es la posibilidad de conocer a Dios con certeza.
Palabras de consuelo, palabras inspiradoras, palabras de aliento. Muchas personas han llegado a un momento en su vida en el que las palabras que habían significado tanto para ellas, parecen ser temporalmente “sólo palabras”.
El primer empleo que tuve fuera de la supervisión de mi familia, fue un trabajo de construcción. Aunque mi empleador era una persona considerada y amigo de mi familia, el trabajo en sí era difícil y exigía mucho físicamente.
Y nosotros hemos visto y testificado que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo. 1 Juan 4:14 Al igual que los demás cristianos, los Científicos Cristianos veneran profundamente a Cristo Jesús como el Salvador, como el Mesías que fue prometido en el Antiguo Testamento y que vino ungido con la gracia de Dios para traer salvación a la humanidad.