Si alguno dice que es un buen carpintero, esperamos evidencias, tal vez en la manera en que construye la armazón de una casa o coloca una puerta. Si alguien nos dice que sabe cómo cultivar verduras, seguramente esperamos ver suficientes pepinos y tomates frescos en su mesa de cenar.
Sea cual fuere el esfuerzo, cuando se afirma que algo se puede hacer, naturalmente esperamos resultados. Por lo tanto, cuando la gente oye acerca de una religión que enseña la curación espiritual, ¿no deben por cierto esperar pruebas definidas en el trabajo mismo de regeneración y curación?
La Sra. Eddy, que descubrió la Ciencia Cristiana, positivamente se dio cuenta de la importancia de demostrar de manera práctica las verdades espirituales que Dios le reveló. Sabía que la Ciencia Cristiana había llegado a esta época con el poder redentor del Cristo, la Verdad, y que la gente debía ver sus maravillosos efectos. La Sra. Eddy comenzó a predicar, enseñar y sanar con esta Ciencia. Escribió lo que la Mente divina le reveló, y finalmente publicó para el mundo el libro de texto, Ciencia y Salud, el cual elucida el significado espiritual de la Biblia y conmemora el ministerio, coronado por Dios, de Cristo Jesús.
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