Editoriales
En palabras que tienen un significado mucho más profundo de lo que parece a primera vista, la Sra. Eddy hace dos declaraciones con respecto a la relación que existe entre el Amor, entendido como Dios, y la provisión de todas las cosas que necesitamos en nuestra vida diaria.
Hay muchos sucesos que merecen nuestra oración eficaz. Tal vez usted ha hecho una lista, por lo menos una lista mental, de las cosas que debieran tener prioridad.
Por mucho tiempo ha permanecido maravillado el mundo cristiano ante el amor desinteresado expresado por Cristo Jesús en la crucifixión y ante el sacrificio que él estuvo dispuesto a hacer. Todo su ministerio constituye el supremo ejemplo de amor inextinguible, afecto puro, poderosa ternura, pastoreo desinteresado.
A menudo la gente considera que el intelecto consiste en la capacidad de razonar o aprender. Visto de esa forma, el intelecto puede contrastar con la sensibilidad o la ternura.
En cierta ocasión Cristo Jesús sanó a un hombre que no podía ver ni hablar. Estaban presentes muchos testigos, listos para proclamar a Jesús el Mesías prometido.
Desde el punto de vista metafísico de la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) , no hay nada misterioso acerca de las maquinaciones del magnetismo animal o de la manera en que debe hacérsele frente. Sus pretensiones son intrínsecamente sutiles, falaces, erráticas, porque se fundan en una mentira, en la mentira de que hay una mente aparte de Dios.
Omnipresencia significa presencia en todas partes a la vez. La omnipresencia es Dios.
Uno de los diálogos más interesantes y tal vez más importantes (para la Iglesia cristiana) entre los que aparecen en la Biblia, tuvo lugar cuando Jesús inició una conversación con sus discípulos al preguntarles: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?” Ver Mateo 16:13–18. Las respuestas indicaron una diversidad de opiniones: “Juan el Bautista”, “Elías”, “Jeremías, o alguno de los profetas”.
Por sorprendente que parezca a los Científicos Cristianos, hay quienes consideran que la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) es una forma de evadir la realidad o de autosugestión. No obstante, existe una gran diferencia entre las diversas formas que hay de manipular el pensamiento, la fuerza de voluntad, el pensamiento positivo, y, por otro lado, la penetrante revelación que iluminó la misión de Cristo Jesús e hizo posible su labor sanadora, y que es expresada hoy en día en la Ciencia Cristiana.
Un nuevo año, cuyos anales aún no se han escrito, puede que produzca temor a lo desconocido, o quizás nos rete a dejar grabadas en la crónica de los doce meses venideros conmovedoras pruebas de la presencia y del poder de Dios. Nuestra vida puede dar testimonio de que el Cristo sanador está aquí, e ilustrar la regeneración y redención que acompañan el descubrimiento y la demostración de verdades científicas, espirituales.