Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Dios, la única Vida del hombre

Del número de noviembre de 1982 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La comprensión de que Dios es la única Vida y Alma del hombre no excluye en manera alguna al hombre. Lo que sí excluye este entendimiento divino es al mal, el error en cualquier forma, todo lo que sea desemejante a Dios. La unicidad de Dios constituye el maravilloso hecho de la totalidad del bien, que el hombre refleja. En otras palabras, el hombre expresa el bien, y nada más que el bien. No hay sustituto para este hecho. Todo lo que sea desemejante al bien no es el hombre. No existe otra alternativa de vida o condición o circunstancia. No hay altos de bien ni bajos de no-muy-bien.

“Se reprocha a la Ciencia Cristiana que considera a Dios como la única Vida y Alma absoluta”, señala la Sra. Eddy, “y al hombre como Su idea, — esto es, Su imagen”. En el mismo párrafo la Fundadora de la Ciencia Cristiana pregunta: “¿Es acaso un sacrilegio suponer que la semejanza de Dios no se encuentra en la materia, el pecado, la enfermedad y la muerte?” Ciencia y Salud, pág. 344.

El hecho científicamente espiritual de que Dios, el Espíritu, es la única Vida del hombre es la base para comprender y demostrar salud. Al reconocer que Dios es la única Vida, cesamos de explorar la materia y la enfermedad para explorar la Vida en nuestros intentos por salvar a la humanidad de la enfermedad y del sufrimiento. Al reconocer a Dios como la única Alma del hombre, nos apartamos de las maquinaciones y perversiones del pecado para estudiar el Principio perfecto del hombre.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / noviembre de 1982

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.