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Encontrando a Dios por medio de la oración

Del número de diciembre de 1982 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¿Dónde está Dios? La pregunta pierde todo sentido de misterio cuando sentimos la presencia del Amor divino en el corazón. Entonces la respuesta suena clara y verdadera: Dios está aquí mismo, ahora, siempre presente. La oración encuentra a Dios; la oración revela Su presencia justo allí donde nos podría parecer que Él está ausente.

Por mucho tiempo, gran parte de la humanidad ha sentido temor de Dios o Lo ha juzgado mal. Y hoy día persiste entre muchas personas una vaga idea de que Dios existe (si es que existe) “allá arriba” en alguna parte, mientras que el hombre está confinado “aquí abajo”. Este concepto erróneo fomenta el concepto de una especie de deidad antropomórfica que nos vigila y juzga desde lejos, que envía bendiciones o maldiciones, misericordia o ira.

Sin embargo, Dios no es ni una entidad humanizada ni un ser remoto, nebuloso. Dios, la Vida divina, es la fuente y el sostenedor de toda la creación. Nada existe sin el gobierno, el apoyo y el solícito cuidado de la Mente divina. Como dice el Evangelio acerca de la Palabra divina: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. Juan 1:3.

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