Bajo los auspicios del Consejo Administrativo de la Sociedad Editora de la Christian Science, el día 8 de junio de 1948, a las 10 de la mañana, se celebró una reunión en La Iglesia Madre, para dar informes acerca de los frutos de nuestros periódicos. El Gerente, señor John H. Hoagland, presidió en nombre del Consejo Administrativo, cuyo mensaje principal fué leído por la señorita Viola S. May, Jefe del Departamento de Publicaciones Generales. La señorita May también leyó una carta de la Junta Directiva de la Christian Science, dando la bienvenida a los presentes.
La disertación siguiente titulada: “Nuestras Lecciones Bíblicas”, fué pronunciada :
La gloria de la revelación divina resplandeció en la consciencia de Mary Baker Eddy cuando ella descubrió la Ciencia de la Vida eterna. A la par que los antiguos mensajeros de Dios, cuyas experiencias se refieren en la Biblia, ella cumplió una tarea sagrada. Aquellos primeros representantes del Altísimo dejaron constancia de sus revelaciones espirituales, las que llegaron a conocerse con el nombre de Sagradas Escrituras. En nuestra época, aquella a quien le fué revelada la Verdad, dejó inscriptas sus sagradas experiencias en el volumen titulado “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras”, conocido por el mundo entero.
Estos dos libros, la Biblia y el libro de texto de la Christian Science, que emanan de una misma fuente, están tan íntimamente relacionados, que forman conjuntamente la base de la Lección Bíblica que es leída cada domingo en las iglesias de la Christian Science en todas*partes del mundo, además de infinidad de veces en el santuario de la comunión individual con Dios. Estas Lecciones son revelaciones divinas que comprenden la inapreciable sabiduría de verdades eternas, las sagradas instrucciones que Dios ha dado por medio de sus mensajeros escogidos. Tienen infinitas aplicaciones y poder ilimitado para bendecir a la humanidad.
Nuestras Lecciones Bíblicas sirven de nutrimento espiritual divinamente preparado para sostén del pensamiento humano. Debido a que la falt de alimento mental parece tener resultados más desastrosos que el hambre material, la necesidad más urgente de los hombres es la de conocer la verdad del ser. La humanidad ha sido alimentada con creencias mortales, teorías humanas, mitos y falsedades. Estos no producen una clara visión ni un verdadero vigor mental, sino más bien dejan a los que participan de ellos incapaces de resolver sus problemas diarios o de progresar espiritualmente. La falta de alimento mental produce debilidad, vacilación, falta de esperanza, obscurecimiento. No es de extrañarse que nuestra Guía dijera que sobre las Lecciones Bíblicas depende en gran parte la prosperidad de la Christian Science (Manual, Art. III, Sec. 1).
Semanalmente emana del granero de la Mente infinita este nuevo pan espiritual para alimentar a todos los pueblos. En verdad que es un alimento en esencia el mismo año tras año, pero siempre se recoge de nuevo en los jardines del Amor divino, los que son regados por las aguas de la Vida eterna. Este alimento se prepara de tal manera que dura indefinidamente y siempre se mantiene fresco. En todas partes del mundo las iglesias y sociedades de la Christian Science son centros de distribución de este sustento mental y espiritual para toda alma sedienta y hambrienta de justicia. El Maestro declaró: “Las palabras que yo os he hablado espíritu y vida son” (Juan, 6:63).
La letra de nuestras Lecciones Bíblicas penetra el corazón humano, alimentándolo; desafía los conceptos erróneos, derriba los ídolos y fija el pensamiento en el camino que conduce de los sentidos al Alma. Estas Lecciones responden a las aspiraciones más íntimas y acallan las pretensiones del yo material hasta que al fin transforman el concepto humano de la existencia, desechando la defectuosa nutrición mental de la falsedad, la superstición y el temor. Contienen los ingredientes del sustendo y la satisfacción espirituales, de la reconstrucción mental y la salud. Este nutrimento se ha preparado y probado como jamás lo ha sido alimento material alguno. Todos sus ingredientes son sanos, esenciales y eficaces para librarnos de la creencia de la esclavitud material.
Debido a que estas Lecciones Bíblicas se publican con anterioridad a la fecha en que se leen en público, sirven de alimento mental diario. Cualquiera que fuera la necesidad del hombre o su falta de creencia teológica, dondequiera que esté o cualquiera que sea su ocupación, tiene el derecho de participar de este alimento de la Verdad y sentirse librado de la penuria mental. Tiene la oportunidad de gustar y ver que Dios es bueno y de sentir la paz y fuerza que la comprensión espiritual otorga. Encontrará que su aparente pobreza mental es vencida mediante el continuo influjo de la inspiración espiritual. Esto le capacitará para enfrentar los problemas humanos científicamente y con buen éxito, y así alcanzar su propio ser en el sentido más absoluto.
A medida que estas Lecciones Bíblicas vayan alimentando la conciencia humana con el pan celestial, las creencias erróneas pierden su aparente realidad y dejan de desviar al hombre; desaparece en él el deseo de pecar, y los falsos apetitos se alejan porque el pensamiento ha sido vivificado y satisfecho con la substancia espiritual. Las creencias malsanas desvanecen cuando el pensamiento es provisto del entendimiento espiritual, porque éste contiene la semilla del bienestar continuo inherente en la individualidad divina.
Nuestras Lecciones Bíblicas son la Palabra que procede de la boca de Dios, las declaraciones mundiales más significativas que se profieren hoy día y que, cuando son comprendidas y obedecidas, resuelven los problemas humanos de toda especie. Presentan la verdad pura y contienen la esencia de la regeneración.
La Biblia nos dice que según el hombre “piensa en su alma, así es.” Citando estas palabras, Mrs. Eddy añade: “De ahí que según el hombre entiende espiritualmente, así es en verdad” (Ciencia y Salud, pág. 213). Luego el pábulo contenido en las Lecciones Bíblicas tiene por objeto nutrir nuestros pensamientos hasta que estos queden purificados de toda falsedad y cedan a la verdad espiritual. A medida que se haga esto la voluntad de Dios se cumplirá cada vez más en la tierra, a través de nuestras acciones.
Cierta vez el tentador dijo al Maestro (Mateo, 4:3): “Si Hijo eres de Dios, manda que estas piedras se hagan panes”. Jesús rechazó esta sugestión. Si nosotros nos sentimos tentados a procurar de convertir las piedras en panes, o sea, hacer que las teorías humanas satisfagan el hambre mental del mundo, rechacemos nosotros también tal sugestión. Sólo la Ciencia divina, la Palabra pura de Dios, puede anular la creencia mortal y revelar al hombre a la semejanza de su Hacedor. Sólo la Christian Science ofrece la manera de obtener el dominio divino. Aquella que por siempre será nuestra Guía ha vuelto a dar al mundo el pan de la Vida y los medios por los cuales toda la humanidad puede participar del alimento puro de la Mente — nuestras Lecciones Bíblicas. Este don sin igual cumple la profecía del Apocalipsis (7:16, 17): “Ya no tendrán más hambre, ni tendrán ya más sed ... porque el Cordero, que está en medio, delante del trono, los pastoreará, y los guiará a fuentes de agua de vida.”
La siguiente disertación titulada: “La misión de nuestro periódico diario”, fué pronunciada :
Cuando un representante de The Christian Science Monitor presentó a un miembro del Parlamento Británico al Presidente de los Estados Unidos, al finalizar una entrevista con la prensa realizada hace poco tiempo en la Casa Blance, el Presidente dijo: “Hojalá que cada país tuviera un periódico como The Christian Science Monitor.”
Debido al carácter esencial de este diario y lo que representa, debido a los propósitos que logra y sus largos años de acumuladas pruebas, yo les puedo asegurar con toda razón que nuestro personal goza de relaciones de gran confianza entre personajes de alta posición e influencia tanto en Washington como en las demás capitales donde la libertad religiosa y civil son grandemente preciadas. Ningún corresponsal del Monitor necesita sacrificar su libertad de pensamiento a fin de mantener un estado de mutuo respeto y confianza con los jefes de gobierno. El repórter adulador o que obre con servilismo no gana el respeto de las personas que le proveen de noticias, sino que muy al contrario lo pierde. El Monitor no tiene fines interesados, sino que siempre debe decir la verdad y avaluar las noticias honradamente. Los jefes políticos respetan y responden a la honradez, aun cuando la verdad duela.
Hoy más que nunca el mundo necesita — y tiene —“un periódico como The Christian Science Monitor” porque en verdad lo tiene en The Christian Science Monitor. Y lo que es más importante aún es que el movimiento de la Christian Science necesita más que nunca — y tiene —The Christian Science Monitor.
De la misma manera en que le que escribe para el Monitor no puede producir sus mejores escritos si no percibe la verdadera misión del periódico, tampoco puede el lector disfrutar de su lectura como es debido si no percibe por qué Dios quiso que nuestra Guía, Mary Baker Eddy, diera The Christian Science Monitor al movimiento de la Christian Science y para beneficio de los Científicos Cristianos. El Monitor no solamente pertenece a La Iglesia Madre, sino que es la propiedad muy preciada y práctica de cada miembro de La Iglesia Madre — y de tantos más como sea posible.
La clave para la comprensión de los propósitos cabales del Monitor,— su misión para nuestro movimiento, para nosotros mismos y para el mundo en general,— es que el Monitor es un periódico religioso. La Fundadora de la Christian Science jamás fundó cosa alguna que no fuera una actividad de la Christian Science. El Monitor es un periódico religioso de un género especial y que por siempre estará relacionado con todos los demás periódicos de la Christian Science — el trimestral, el mensual, el semanal y el diario — pues todos ellos son inseparables.
Existe una estrecha unidad entre la misión editorial de The Christian Science Journal y del Sentinel con la del Monitor. Esa unidad es aparente por el hecho de que el Journal y el Sentinel tratan de la metafísica en relación con los problemas humanos, mientras que el Monitor trata de los problemas humanos en su relación con la metafísica.
Lo esencial es que el Monitor es un periódico religioso cuyo objeto principal es permitir que los Científicos Cristianos practiquen la Christian Science de una manera más cabal, en beneficio de nuestro movimiento, de ellos mismos y del mundo.
Para el verdadero Científico Cristiano no existen noticias que carezcan de importancia religiosa, porque la Christian Science se aplica a todo lo que se relacione con este plano de la existencia. Todo acontecimiento concierne la práctica de la Christian Science porque la práctica de la Christian Science tiene que ver con todos los acontecimientos. La misión fundamental de The Christian Science Monitor es proveer a los Científicos Cristianos con un conocimiento de los asuntos mundiales que sea a la vez exacto, perceptivo y real, de manera que podamos comprender las necesidades del mundo para poder hacerles frente, cumpliendo así el mandato de nuestra Guía de ponerle “un freno al crimen”, ayudar “a expulsar el error”, y mantener “la ley y el orden” (Ciencia y Salud, pág. 97).
Una de las normas más antiguas del periodismo según se entiende en la Christian Science, fué establecida por el Maestro. Se expone en el Evangelio de San Lucas (13:1—5), en donde Jesús habló francamente de los sufrimientos de los galileos bajo la tiranía de Pilato. Relató sin ambigüedades el desastre de la torre de Siloé, y enumeró las fatalidades ocasionadas.
Lo que más ilustra en este relato los motivos del Monitor hoy día es que Jesús refirió estas noticias tan desagradables a fin de despertar a sus oyentes a la comprensión de que la ausencia del pecado no bastaría en sí para protejerles de la tiranía ni de los accidentes. Es decir, Jesús les citó las noticias para permitirles utilizar sus conocimientos de la ley espiritual en relación con el medio ambiente y la época en que vivían. Les dijo: “¿Pensáis que ellos [los galileos tiranizados y los que murieron en el desastre de Siloé] eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalem?” A su propia pregunta, Jesús contestó que no, y aclaró fuera de duda que les hacía falta algo más que la bondad humana para protejerse de las consecuencias del error. Ese algo era el conocimiento de la ley espiritual, y que hoy es la Christian Science. Hoy The Christian Science Monitor nos da las noticias del mundo para que sepamos cómo, cuándo y dónde más necesitamos trabajar y orar para protejer a nuestro movimiento, a nosotros mismos y al mundo en general.
De igual manera que la Christian Science “no mora aparte en regia soledad”, según lo expresa nuestra Guía en su libro The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany (pág. 3), el Monitor tampoco “mora aparte en regia soledad.” En consecuencia y por razones metafísicas, es la norma de The Christian Science Monitor publicar todas las noticias según la importancia que tengan para los Científicos Cristianos y tantos otros como sea posible. Las noticias convencionales tienen para el Monitor un interés superficial. Para el metafísico no existen más que dos categorías de noticias, a saber, las noticias de asuntos que ya han sido felizmente resueltos y las noticias de los asuntos o problemas que aun quedan por resolver, y el Monitor se ocupa piadosa y constantemente de las dos. Las noticias acerca de los problemas solucionados revelan la demostración ya hecha. Las noticias acerca de asuntos o problemas por resolver señalan la demostración que aun queda por hacerse. A nosotros los que trabajamos en las oficinas del Monitor a veces se nos pregunta por qué nuestro periódico no publica únicamente las noticias buenas, excluyendo las malas. La respuesta la saben ustedes tan bien como yo. Sería tan lógico que el Monitor excluyera de sus columnas las noticias de los asuntos o problemas aun por resolver, como que un practicista rechazara de su oficina a los pacientes que aun no han sido sanados.
Es obligación del personal del Monitor en Wáshington suministrar esta clase de reportaje del centro gubernamental de la nación; y del giro de los acontecimientos que ahí se desenvuelven producir la materia prima de los hechos y conocimientos, tan indispensable para los lectores de The Christian Science Monitor como para los metafísicos de la Christian Science.
Cada día encontramos que un mayor numero de redactores se van dando cuenta de que lo que hace al periódico de ayer parecer viejo hoy es que ya nació viejo. Y hablando de redactores, cuán orgullosos y agradecidos podemos estar de que fué un redactor del Monitor, el señor Willis J. Abbot, quien ayudó a fundar la American Society of Newspaper Editors (Sociedad Americana de Redactores de Periódicos) y que nuestro redactor actual, el señor Erwin D. Canham, es hoy el muy respetado presidente de esa sociedad. Como yo decía, estos redactores comienzan a darse cuenta que las noticias que más se necesitan son las que, mereciendo leerse hoy, también merecerán ser leídas pasado mañana. Ese es el objetivo del Monitor, relacionar los acontecimientos de ayer a las noticias de hoy a fin de publicar lo que ha de tener significado mañana. Hay pruebas de que el Monitor está logrando su propósito de evaluar y exponer el significado de las noticias con autoridad y honradez, y sin motivos interesados.
Por tanto, las verdades más profundas referente a nuestro bien amado periódico, don de nuestra Guía a nuestro movimiento, a nosotros mismos y al mundo entero, son las siguientes:
1. Por figurar entre las disposiciones hechas en el Manual, The Christian Science Monitor es una actividad, espiritualmente concebida, de La Iglesia Madre. Por consiguiente, los propósitos del Monitor son los mismos de la Iglesia, a saber: ayudar a los Científicos Cristianos y a tantos otros como sea posible a dar pruebas de la utilidad de la Verdad, y ayudar a elevar “la raza humana, despertando el entendimiento dormido de sus creencias materiales a la comprensión de las ideas espirituales y la demostración de la Ciencia divina” (Ciencia y Salud, pág. 583).
2. The Christian Science Monitor no trata de aislarse del mundo, sino más bien se entiende con el mundo. Y lo hace así porque la Christian Science no se aisla del mundo, y el Científico Cristiano tiene que conocer el mundo para poder sanarlo.
3. A veces nos inclinamos a considerar al Monitor en primer lugar como un medio de interesar a otros en la Christian Science. Ese es en efecto uno de los servicios cardinales que presta a nuestro movimiento, pero ¿no deberíamos reconocerlo principalmente como uno de los medios a nuestra disposición para demostrar la Christian Science nosotros mismos?
4. Cuando Mrs. Eddy fundó el Monitor, declaró: “La Causa exige que se publique ahora mismo.” Esto demuestra lo indispensable que es para nuestro movimiento en sentido colectivo.
5. Puesto que el Monitor es una parte indispensable del movimiento colectivo de la Christian Science, es asimismo un medio indispensable para la demostración individual de la Christian Science. Por tanto es una necesidad para el progreso individual del Científico Cristiano.
6. Al valernos de The Christian Science Monitor como un medio para demostrar la Christian Science — como un medio de sanarnos a nosotros mismos, a nuestros pacientes y a nuestro mundo — esto hace que la lectura del Monitor sea, no solamente un deber, o un placer, sino una necesidad espiritual para cada individuo.
La siguiente disertación titulada: “La misión de nuestros periódicos”, fué pronunciada
Allí por el año de 1883 nuestra Guía escribió (Miscellaneous Writings, pág. 4): “Un periódico editado y publicado por Científicos Cristianos ha llegado a ser una necesidad imperativa.” La misión de semejante periódico la expuso en el mismo pasaje, y una de las primeras razones dadas para esa misión fué la siguiente: “La época en que vivimos necesita más esclarecimiento.”
Todo buen periódico o revista, por más que difiera en sus normas, métodos y temas, tiene como uno de sus objetivos principales el esclarecimiento. Escudriñando la Sagrada Escritura de siglos atrás, no podemos menos de notar que el esclarecimiento era uno de los principales motivos de los autores de tales libros como los de los Profetas, los Proverbios, los Evangelios y las Epístolas del Nuevo Testamento En su segunda epístola (3:1, 2), Pedro dice: “Os escribo ... para que tengáis memoria de las palabras que fueron dichas antes por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador.”
La hábil presentación de la causa del cristianismo, o sea de la ley y el evangelio, era una fuente de esclarecimiento en aquellos escritos de antaño, y es precisamente la hábil presentación de nuestra Causa lo que ha de ayudar a cumplir la misión actual de nuestros periódicos, Pero detrás de esta presentación del cristianismo primitivo se halla la base sobre la cual se ha eregido.
Yo se que estamos todos de acuerdo en que para poder cumplirse la misión de nuestros periódicos, su presentación tiene que basarse en el entendimiento espiritual de nuestra iglesia en general y de nuestros escritores en particular.
El Maestro dijo: “El Padre, morando en mí, hace sus obras” (Juan, 14:10), y la misión de nuestros periódicos quedará cumplida a medida que nosotros podamos decir con sinceridad: “El Padre, morando en mí, es El que escribe las palabras.” De manera que, a mi modo de ver, la misión más importante de nuestros periódicos comienza antes de que sean escritos y publicados y consiste en nuestra propia purificación y espiritualización, con lo cual naturalmente expondremos o manifestaremos el esclarecimiento basado en la experiencia humana. Todos podemos y debemos ayudar en esta obra de inspiración.
Quisiera analizar la misión de nuestros periódicos bajo dos aspectos, a saber:
(1) Los preparativos de la misión con anterioridad a la publicación.
(2) La misión después de la publicación
En primer lugar, la gran diferencia que existe entre lo que presentamos nosotros y lo que presentan los demás periódicos (sean éstos seculares o religiosos) descansa en el punto de vista desde el cual escribimos. La Christian Science, al revelarnos un nuevo modo de pensar y razonar, nos ofrece una nueva premisa, un nuevo punto de vista referente a todos los asuntos e intereses de lo que se denomina la vida humana. Esta nueva premisa consiste en la absoluta infinitud y omnipotencia del Espíritu, la completa aceptación del Primer Mandamiento, el que asevera que no hay más que una sola Mente, un solo Dios. Practicando esto en la vida diaria, las palabras, los escritos y el mismo carácter de uno ya comienza a alumbrar y ayudar a otros. En Ciencia y Salud (pág. 322) nuestra Guía dice: “Cuando el entendimiento cambie nuestros puntos de vista acerca de la vida y la inteligencia de una base material a una base espiritual, lograremos la realidad de la Vida, el dominio del Alma sobre los sentidos, y percibiremos el cristianismo, o la Verdad, en su Principio divino.” La presentación de este punto de vista espiritual a través de nuestros periódicos es comparable a la nueva lengua citada en las Escrituras.
Por ejemplo: supongamos que tenemos que escribir algo sobre la enfermedad. ¿Escribiremos como en los tiempos antes de emprender el estudio de la Christian Science? Claro que no. Más bien presentaremos a nuestros lectores un nuevo punto de vista basado en la experiencia que hemos tenido con la curación espiritual.
Supongamos nuevamente que tenemos que escribir sobre un problema nacional o internacional. ¿Nos dejaremos llevar por las corrientes de las opiniones humanas, aceptando todas las creencias del mal que vuelan desenfrenadas? Seguramente que no. Presentaremos una nueva manera de pensar, y escribiremos desde el punto de vista espiritual e incorpóreo, basado en la omnipotencia del bien.
Lo que el Científico Cristiano abriga en su conciencia es lo que debe aparecer en los periódicos. Por tanto, los preparativos de la misión de nuestros periódicos antes de ser publicados, consiste en purificar y espiritualizar de tal modo nuestra propia conciencia que nuestras publicaciones aportarán esclarecimiento, curación y educación a la época en que vivimos.
En Ciencia y Salud (pág. 117) nuestra Guía dice: “El lenguaje esencial de Dios se menciona en el último capítulo del Evangelio de San Marcos como la nueva lengua, el significado espiritual de la cual se logra mediante ‘las señales que la acompañan’”.
Sólo la curación espiritual — o “las señales que la acompañan”— nos permite hablar y escribir esta nueva lengua con autoridad. Ninguna otra cosa puede producir la clase de periódico que nuestra Guía instituyó. Semejante periódico, escrito desde la premisa de la omnipotencia y omnipresencia del Espíritu demostrado, ha de revelar y reproducir un tipo de literatura grandioso. Descubrirá y revelará un arte y una belleza que están muy por encima de la mera intelectualidad humana.
De manera que la misión de nuestros periódicos antes de su publicación consiste en inspirar a los propios Científicos Cristianos con los mismos propósitos que tuvo nuestra Guía al fundar estos periódicos, a fin de producir ideas nuevas y progresistas, que marcharán a la cabeza en sabiduría, arte, curación y revelación.
En segundo lugar y con referencia a la misión de nuestros periódicos después de su publicación. Cuando los preparativos de su misión se han llevado a cabo con sinceridad y rectitud, la misión en sí se halla plena de esclarecimiento y los periódicos pueden asemejarse a la semilla buena. Como tales necesitan dos cosas: (1) sembradores y (2) tierra buena, para poder cumplir esta misión; y tenemos que buscar dentro de la iglesia de la Christian Science para encontrar a ambos, sembradores y tierra buena.
El ser buen sembrador no consiste en meramente regalar los periódicos, sino más bien utilizar y difundir las ideas y la inspiración que forman la base de los periódicos y que se expresan por medio de ellos. Esto requiere valor, iniciativa y la habilidad de aprovechar las oportunidades que se presenten para ayudar a los demás. El buen sembrador cuida su semilla, pues conoce su valor y su promesa. Apreciar el valor de The Christian Science Journal y del Sentinel, comprender el gran propósito del Trimestral, evaluar debidamente The Christian Science Monitor, entender y esparcir el mensaje universal de los seis Heraldos (la edición alemana, francesa, escandinava, holandesa, española y la Braille)— todo ello significa ser buen sembrador de la semilla.
El ser tierra buena también es necesario, puesto que no podemos esperar que los periódicos nuestros hagan su trabajo misionero en el mundo si nosotros mismos no nos valemos de la luz que estas ideas espirituales contienen. Así es que la tierra buena debe ser los corazones y las mentes de los Científicos Cristianos, que en cierto grado entienden los altos propósitos que animan a cada uno de nuestros periódicos.
Comprender, amar y apoyar la obra de la Sociedad Editora de la Christian Science fundada por nuestra Guía; ayudar a la Junta Directiva de la Christian Science en su incansable vigilancia y protección a nuestra Causa; cooperar con el Consejo Administrativo y los Editores — todo ello hará de nosotros tierra buena.
Nuestros caracteres jamás deben servir de tierra arcillosa, de la cual las sugestiones maliciosas arrancan la semilla buena. Tampoco debiéramos servir de terreno peñascoso, que carece de propiedad alimenticia, ni ser semejantes a la tierra de los espinos, donde el materialismo ahoga la semilla buena. Seamos entonces la tierra buena, en la que ha de crecer y medrar la semilla de la curación espiritual.
La tierra de “un corazón leal y bueno” es aún y siempre será el secreto de nuestro método de esclarecer al mundo por medio de nuestros periódicos. No podemos separar nuestra misión de nuestro punto de vista, y ambos se elevarán por encima de la materia al mismo reino de la realidad, a medida que los apoyemos sobre la oración del Salmista (Salmos, 19:14): “¡Sean aceptos los dichos de mi boca, y la meditación de mi corazón, delante de ti, Oh Jehová, roca mía y mi redentor!”
La siguiente disertación titualda: “La misión del departamento de anuncios”, fué pronunciada
Después que comenzó a poner anuncios en The Christian Science Monitor, un comerciante del Estado de Nueva Jersey resolvió dedicarse al estudio de la Christian Science, se suscribió a todos los periódicos y terminó por comprar el libro de texto. Nos contó que se había curado de una postración nerviosa por medio de la Christian Science, y que además había conseguido interesar a una amiga por esta Ciencia.
Entre los innumerables relatos de curaciones con que contamos, ¿qué evidencia más notable y típica que ésta puedo ofreceros de la misión del departamento de anuncios de The Christian Science Monitor, que a su vez es una de las expresiones más prácticas del amor que Mrs. Eddy tenía por la humanidad?
The Christian Science Monitor, de acuerdo con la misión que Mrs. Eddy le encomendó, y con la ayuda de sus anuncios, está llevando a cabo una poderosa obra de curación para el bien de toda la humanidad.
A diario sirve a toda la humanidad en el nombre del cristianismo y de la Christian Science, con sus mismos propósitos y servicios universales desafiando y contrarrestando los actuales sistemas que hoy día se oponen a los ideales del cristianismo.
Diariamente The Christian Science Monitor se dedica a servir a la humanidad, penetrando cada vez más en los campos financieros, negocios, industrias, la economía-política y los distintos oficios y profesiones — debido a sus anuncios, debido a que Mrs. Eddy aprobó el uso de los anuncios como una parte esencial del periódico.
Apreciando más la misión sanadora de nuestro diario The Christian Science Monitor, comprenderemos mejor cuán importante es nuestra contribución individual como lectores de las noticias, los editoriales y los anuncios de nuestro diario. Recordando que con la palabra impresa nada se logra hasta que no sea leída, apreciamos lo esencial que es leer el Monitor de manera que su utilidad tanto para bien nuestro como para el bien de toda la humanidad sea acrecentada, sus beneficios multiplicados y su misión cumplida. De los abundantes frutos de nuestra propia experiencia con el Monitor hemos de saber como otros pueden ser ayudados y bendecidos.
Luego al favorecer a los anunciantes, contribuimos al cumplimiento de la misión del Monitor para con ellos. Para nosotros, así como para el bien de la humanidad, esta cooperación de parte nuestra se convierte en un apoyo para todos los que a su vez apoyan nuestro periódico, un acto de reciprocidad para con esas veinticinco mil firmas comerciales que en realidad están pagando la mayor parte de los gastos de publicación de este diario editado por los Científicos Cristianos en nombre de la Christian Science. Pidiendo sólo nuestra consideración y apoyo al ofrecernos algo que necesitemos, los anunciantes están en efecto endosando los propósitos de nuestro periódico.
Aquí entre los anunciantes del Monitor, en medio de los altibajos de la vida comercial e industrial, encontramos oportunidades siempre mayores de ser el buen samaritano, acudiendo al pensamiento receptivo e investigador, con plena comprensión y dejando que nuestra luz resplandezca. Aquí tenemos a otro vecino que podemos amar como a nosotros mismos. Aquí es donde podemos construir los cimientos de una verdadera hermandad, ejemplificando la regla de oro en nuestra vida diaria y ayudando aun más a leudar la masa del pensamiento humano hasta que todo quede leudado. Todo esto lo hacemos por el bien de la humanidad, alentados por aquellas palabras inolvidables pronunciadas por nuestra Guía en su hogar de Pleasant View ante dos mil quinientos miembros de La Iglesia Madre (Miscellaneous Writings, pág. 252): “La Christian Science no solamente es el pináculo de la Ciencia sino también la corona del cristianismo. Es universal. Apela al hombre como hombre; al todo y no a una parte; al hombre, tanto física como espiritualmente, y a toda la humanidad.”
La siguiente disertación titulada: “La misión de las actividades relacionadas con la circulación de los periódicos”, fué pronunciada
Nuestra querida Guía, Mary Baker Eddy, escribe en Retrospection and Introspection (pág. 52): “Durante varios años sucesivos he tratado de encontrar nuevos medios para promover y extender la curación científica por la Mente, buscando la manera de ensanchar sus cauces. ...”
Mrs. Eddy acudió a Dios en busca de nuevos medios de aportar la verdad sanadora a la humanidad. Estos nuevos medios incluyeron The Christian Science Monitor y los demás periódicos.
En 1927 la Junta Directiva de la Christian Science estableció las actividades relacionadas con la circulación del periódico, como un medio necesario y práctico para ayudar a divulgar las buenas nuevas de la curación científica por la Mente. Hoy en las iglesias filiales por el mundo entero el comité de circulación proporciona los “nuevos medios” para extender y amplificar la demostración de nuestra Guía.
El objeto de esta actividad es curar por medio de la circulación de nuestros periódicos, que día tras día dan constancia y pruebas del poder del Cristo, la Verdad, para sanar y regenerar el pensamiento.
En este mismo auditorio hay trabajadores que antiguamente ayudaban a despachar por correo los periódicos de la Christian Science en tiempos en que cada ejemplar se envolvía por separado y la dirección era escrita a mano. Grande era el amor y la consagración desplegados por ese pequeño grupo de personas que se dedicaban a la Causa de la Christian Science. Y grande es el amor y la devoción de nuestros trabajadores por el mundo entero que hoy se dedican a la circulación de los periódicos de la Christian Science, despachando más de sesentiseis millones de ejemplares por año, con el mismo deseo sincero de ayudar a la humanidad en este sagrado esfuerzo misionero.
Las siguientes palabras de nuestra Guía, en su obra The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany (pág. 110), bien se pueden aplicar hoy a la misión y los métodos tan extensivos de nuestras actividades de circulación: “Las ocultas fuerzas de la electricidad, anulando el tiempo y el espacio, la telegrafía sin hilos, la navegación aérea, en fin, todas las etcéteras de la mente mortal, pugnando por ser reconocidas, me hacen recordar de mis sueños de la infancia, en los cuales me veía volando por el espacio, boyante de libertad y gozando del lujo del pensamiento libertado, y elevándome más y más en el infinito azul.”
“La navegación aérea” prevista por nuestra Guía hace tantos años, ahora permite que muchos suscriptores en Londres, Los Angeles y San Francisco reciban su ejemplar diario del Monitor por correo aéreo, y que muchas iglesias reciban sus paquetes del Monitor también por avión y a tiempo para las reuniones de los miércoles por la noche y para las conferencias.
A propósito, quisiera leerles una parte de una carta que recibimos de Australia hace pocos días. Dice así: “Esperamos que algún día el transporte aéreo sea utilizado para enviarnos nuestros periódicos, así como para viajar nosotros mismos, cuando su elevado costo ya no nos mantendrá separados, ni siquiera en apariencia. En nuestra Cuarta Iglesia en Sydney, Australia, hay miembros que piensan asistir a la asamblea anual en Boston en 1950, haciendo el viaje por avión. Tenemos esperanzas de llenar por lo menos un aereoplano y de gozar de una estadía entre amigos provenientes de todas las naciones. Anticipamos poder pasar momentos muy agradables todos reunidos.”
“Las ocultas fuerzas de la electricidad” previstas por nuestra Guía, ahora las estamos utilizando en nuestras actividades misioneras todos los martes por la noche, con el programa “The Christian Science Monitor Views the News”, que se irradia a millones de oyentes, quienes son invitados a suscribirse a nuestro periódico y a leer sus mensajes verídicos y sanadores.
Hace sesentinueve años, o sea en 1879, un pequeño grupo de veintiseis personas de ánimo espiritual formaron “una iglesia de curación por la Mente, sin credos” (Retrospection and Introspection, pág. 44). Hace cuarentidos años, el día 10 de junio de 1906, el edificio en el cual estamos reunidos, que es una extensión de La Iglesia Madre, fué dedicado.
En el breve período que ha transcurrido desde tan memorables acontecimientos, el aumento en la circulación de nuestros periódicos constituye una de las pruebas de los crecientes beneficios y bendiciones que ofrece nuestra religión.
Amemos y apreciemos nuestros periódicos, incluso The Christian Science Monitor, y apoyémoslos y trabajemos por ellos, ya que son los misioneros impersonales de nuestra Iglesia.
De esta manera muchos extraños aprenderán a amarlos también y se harán miembros de nuestra Iglesia, convirtiéndose en trabajadores activos.
