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La revelación de la Verdad

Del número de enero de 1951 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Mary Baker Eddy no tenía la menor duda acerca del origen divino de la Ciencia que ella expuso en el libro de texto de la Christian Science. En su obra The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany (págs. 114, 115) ella declara: "No fuí yo, sino el poder divino de la Verdad y el Amor, infinitamente superior a mí, que dictó 'Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras'". También dice que se avergonzaría de alabar el libro de texto en la forma que lo ha hecho, si ella misma hubiera sido "su autora, aparte de Dios. Pero," añade ella, "como yo no era más que un escriba que repetía las armonías celestes en la metafísica divina, no debo ser demasiado modesta en mi estimación del libro de texto de la Christian Science."

El descubrimiento de la Christian Science por Mrs. Eddy cumplió la profecía de Cristo Jesús (Juan, 14:16): "Yo rogaré al Padre, el cual os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre." Su descubrimiento fué el efecto de la poderosa autorevelación de Dios, la cual El anuncia a través de la acción de la ley divina, Su voluntad todo bondadosa. Para los profetas y patriarcas de que nos refieren las Escrituras, puede que los mensajes de Dios hayan sido oídos como palabras, pero para nuestra Guía el silencioso desenvolvimiento de la revelación espiritual fué la voz de la Verdad que hablaba a su corazón anhelante; fué el mensaje claro y preciso del Padre, anunciando la verdad del ser a una persona espiritualmente dispuesta para recibirla.

La mente humana no puede explicar para sí misma la naturaleza de Dios. Más bien es Dios quien se explica a la consciencia humana, y lo hace cabal y finalmente en el libro de texto de la Christian Science. En Ciencia y Salud, Dios se interpreta a Sí mismo y a Su manifestación perfecta. En este libro El declara Su propia totalidad y unidad, Su creación de ideas divinas, Su presencia eterna, Su carácter inmaculado, Su gobierno del universo, Su ley justa y misericordiosa.

A medida que leemos el libro de texto, reconociendo que es la voz de Dios proclamando las verdades del ser, este libro se convierte en un mensaje viviente. Lo leemos con reverencia, procurando descubrir su profundo significado; cumplimos con las leyes que en él se anuncian y nos sometemos al poder curativo de la interpretación divina. Cuando nos damos plena cuenta de que al leer este libro estamos comulgando con nuestro Padre celestial, no nos apuramos para terminar con la lectura de las Lecciones Bíblicas indicadas en el Trimestral de la Christian Science, ni nos contentamos con repasarlas superficialmente en nuestro estudio diario.

Al escuchar las verdades expuestas en nuestro libro de texto — la voz de la Verdad divina — aprendemos lo que es nuestra entidad verdadera, unida al Ser Divino. En este libro descubrimos nuestro verdadero estado como la manifestación de las ideas y cualidades de la Mente, y reconocemos la perfección espiritual de todos. Hallamos las verdades que revelan los aparentes métodos del error bajo todas sus formas, como también el sistema científico de la curación que destruye todo el mal.

Nuestra comprensión de la autorevelación de Dios a través del libro de texto prueba la relación inmortal que existe entre Dios y Su reflejo, el hombre. Ella nos revela el cuadro eterno: Dios expresando en todo momento Su naturaleza impecable a través de Sus ideas. Nuestra comprensión del libro de texto presenta el cuadro alentador del hombre espiritual, elevándose por sobre las ilusiones de los sentidos corporales y la ignorancia mortal hacia la límpida atmósfera de la existencia científica, que es la verdadera morada del hombre. El hombre está siempre manifestándoes porque la Mente ilimitada en la cual vive, se mueve y tiene su ser está siempre afirmando su presencia y su idea. Jamás podremos escuchar con demasiada devoción el mensaje de Dios que nos trae el libro de texto, ya que la salvación de la humanidad de las tinieblas del materialismo depende de la comprensión y demostración de este mensaje.

Si a veces no parecemos poseer más que una ligera comprensión de la Ciencia, o si el materialismo aun no destruído pretende poner obstáculos a nuestra habilidad de comprender las verdades y reglas contenidas en Ciencia y Salud, es alentador saber que la misma Mente que dictó su texto a nuestra Guía opera hoy para nosotros, revelándonos su pleno significado.

Se requiere una constante vigilancia para combatir la silenciosa resistencia a la Verdad que puede manifestarse en forma de la apatía o la falta de los vigorosos esfuerzos que se requieren para probar las verdades que revela el libro de texto. Las tentaciones de la indiferencia y de la frustración desaparecen cuando percibimos que Dios es la única Mente, y que nuestra resolución, nuestra consagración y nuestras oraciones y sinceros esfuerzos por promulgar mediante pruebas de la curación las enseñanzas del Consolador, demuestran que la Mente hace valer su perfección a través del hombre, su representante o idea.

Los Científicos Cristianos deberían sentir la obligación moral que tienen para con sus semejantes de ponerles al alcance de la voz de Dios, facilitándoles un ejemplar de Ciencia y Salud. A veces oímos decir que el libro de texto es demasiado difícil para los principiantes y que es mejor darles algo menos profundo para alentarles a emprender el estudio de la Christian Science. La voz de la Verdad, proclamada a nuestra época, no es difícil de comprender para quienes buscan sinceramente a Dios. Cuando el libro de texto es ofrecido a un investigador, siempre debería ir acompañado de nuestra bendición y no de las dudas que marchitan. Deberíamos reconocer que el hombre tiene una aptitud divina, que le es natural, para conocer la Verdad.

El prefacio de Miscellany (págs. v, vi) declara que el libro de texto "ha sanado a una multitud de gente de enfermedades y revelado a Dios a un sinnúmero de personas. Esto demuestra: (1) que no es menester dar una interpretación de Ciencia y Salud a aquellos que sinceramente están buscando la Verdad; (2) que no es posible exponer la verdad absoluta de una manera más simple y más agradable." La verdad acerca de la totalidad de Dios y de la perfección espiritual del hombre no es difícil de comprender, y la verdad curativa de que Dios es el bien infinito y que el hombre es inseparable de El, no es ininteligible ni desconcertante. No hay nada que sea más lúcido, más comprensible ni más revelador que "Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras". Toda sugestión en sentido contrario es la voz de la serpiente, la astucia animal que pretende hacer el mal en nombre del bien.

Dios está revelando Sus propias verdades, difundiendo Sus buenas nuevas, impulsando todo esfuerzo juicioso de poner el libro de texto que Le revela al alcance de todo aquel que se halle pronto para recibir Su Ciencia. La Verdad no puede ser frustrada. El Amor no puede menos que ser escuchado. Reconociendo estas verdades, nos veremos convertidos en obedientes mensajeros de la Verdad.

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