En el libro de Los Proverbios hallamos esta significativa declaración (29:18): "Donde no hay revelación divina, el pueblo se pone desenfrenado." La Christian Science señala la verdad correlativa que sigue: donde existe la revelación, o visión espiritual, la gente se salva. Así como en el desarrollo de los pueblos, muchas de las leyes no fueron utilizadas ni apreciadas hasta que se revelaron mediante descubrimientos progresivos, de igual manera las leyes de la existencia espiritual, que imponen la entereza, salud y provisión espirituales, necesitan ser comprendidas o percibidas espiritualmente, para que las podamos utilizar en la vida diaria.
Dios, el Espíritu, el único creador, hizo todo lo que ha sido hecho y Él lo hizo todo perfecto, armonioso y eterno. Como imagen y semejanza de Dios, el Espíritu, el hombre es también espiritual. Sus sentidos y su consciencia son espirituales. Vive, se mueve y tiene su ser en el Dios infinito, o la Mente. Tiene substancia espiritual, y las leyes de Dios constituyen su ser y su actividad. Él es la expresión del Principio divino, Dios.
Jesús constantemente probaba estas verdades a través de su ministerio, cuando sanaba a aquellos que se hallaban dispuestos a recibir su palabra. Su clara visión espiritual, o comprensión, percibió la realidad del ser armonioso allí mismo donde el engaño se imponía a los sentidos mortales. Comparando a Jesús con sus adversarios, Mary Baker Eddy declara en "Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras" (pág. 52): "Sus sentidos embebían el testimonio espiritual de la salud, la santidad y la vida; los sentidos de ellos atestiguaban lo contrario y absorbían el testimonio material del pecado, la enfermedad y la muerte."
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