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El gobierno de Dios

Del número de abril de 1951 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La humanidad tiene hoy urgente necesidad de despertar al hacho de que debe buscar la verdadera fuente de todo gobierno para ser guiada en sus relaciones mundiales. Existen entre los hombres grandes diferencias de opinión en cuanto a la teoría del gobierno civil. Estas diferencias encierran mucho más que meras divergencias de opinión acerca de los diversos métodos de gobierno, pues penetran en el campo de la ideología y así vienen a ser cuestiones de filosofía básica. Por un lado tenemos la filosofía que proclama la dignidad natural del individuo y su derecho a la libertad de pensamiento y acción, dentro de los límites del bien común. Por otro lado tenemos la idea del estado omnipotente, al cual todos deben prestar obediencia, hasta el punto de renunciar a la conciencia y al sentido común. Esto último no sólo es anticristiano sino que forzosamente implica la negación de Dios mismo, puesto que mientras haya la más mínima apreciación de la existencia de un creador bondadoso, tiene que haber un continuo despertar de la conciencia.

En un número del boletín Nation's Business, publicación oficial de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos y bajo el título de "The State of the Nation", el autor hace hincapié en el hacho de que el aprecio por la religión ha sufrido un deterioro entre los hombres, y señala la actual necesidad de "un mayor respeto intelectual" hacia el cristianismo. Mantiene además que no venceremos nunca apoyándonos en las bombas atómicas y en un equipo material superior, y llama la atención a las siguientes palabras de George Wáshington tomadas de su "Discurso de despedida": "Mantengámonos cautos en lo que respecta a la suposición de que la moralidad pueda mantenerse sin la religión." Cuando nuestros esfuerzos por hacer frente al desafío que actualmente se hace al gobierno de los hombres libres se limitan al reino de lo material, permitimos que el enemigo escoja el campo de batalla, y esto no es ni tan siquiera buena estrategia humana.

Como Científicos Cristianos, sabemos que lo más prudente es buscar consejo en los escritos de nuestra venerada Guía, Mary Baker Eddy. En la página 278 de su obra The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, Mrs. Eddy escribe: "El estar de acuerdo con el gobierno de Dios es el incentivo correcto para la acción de todas las naciones." Más adelante en el mismo artículo ella añade: "El gobierno del Amor divino es supremo. El amor gobierna el universo, y su edicto ha sido promulgado: 'No tendrás otros dioses delante de mí' y 'Ama a tu prójimo como a ti mismo'. Tengamos pues esa molécula de fe que remueve montañas, esa fe armada de la comprensión del Amor, tal como es en la Ciencia divina, donde la justicia reina."

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