Jesus se valía en todo momento de la inspiración de la Mente divina; por eso pudo exponer las inconsecuencias de la tal llamada naturaleza humana en parábolas que dejan profundas huellas en la consciencia humana. Su inolvidable parábola del sembrador (Mateo 13:3-8, 18-23) es de inmenso significado espiritual. Los discípulos que aceptan a Jesús como el Mostrador del camino reciben nueva inspiración y curación a medida que estudian esta y las demás parábolas pronunciadas por el Maestro.
En la parábola del sembrador, Jesús señaló sin raparo alguno las flaquezas y las virtudes que de vez en cuando son manifestadas por ciertos tipos de la consciencia humana. Al referirse a aquel estado de pensamiento que de repente se interesa por las cosas del Espíritu pero que pronto pierde ese entusiasmo, lo asemeja a aquellas semillas que caen en sitios peñascosos, donde hay poca tierra. Cuando sienten el calor del sol no lo pueden resistir y se secan. Las raíces no han penetrado lo bastante en la tierra para servirse de las reservas de humedad allí acumuladas y que hubieran podido sostenerlas.
Esta metáfora sirve para ilustrar la conducta de algunos estudiantes de la Christian Science El nombre dado por Mary Baker Eddy a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens) y que, traducido literalmente, es la "Ciencia Cristiana". quienes, después de haber trabajado sinceramente para sanar alguna condición discordante, se descuidan un poco cuando la curación ya se ha llevado a cabo. Su ardor por el esclarecimiento espiritual cae en una especie de apatía o período de descanso, en el cual permanecen satisfechos al verse aliviados de la molesta presión del problema, ya sea éste mental o físico. Uno debiera guardarse del error artificioso que de esta manera trataría de embaucar a muchos que no descubren su naturaleza engañosa.
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