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Lección que enseña la parábola del sembrador

Del número de abril de 1951 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Jesus se valía en todo momento de la inspiración de la Mente divina; por eso pudo exponer las inconsecuencias de la tal llamada naturaleza humana en parábolas que dejan profundas huellas en la consciencia humana. Su inolvidable parábola del sembrador (Mateo 13:3-8, 18-23) es de inmenso significado espiritual. Los discípulos que aceptan a Jesús como el Mostrador del camino reciben nueva inspiración y curación a medida que estudian esta y las demás parábolas pronunciadas por el Maestro.

En la parábola del sembrador, Jesús señaló sin raparo alguno las flaquezas y las virtudes que de vez en cuando son manifestadas por ciertos tipos de la consciencia humana. Al referirse a aquel estado de pensamiento que de repente se interesa por las cosas del Espíritu pero que pronto pierde ese entusiasmo, lo asemeja a aquellas semillas que caen en sitios peñascosos, donde hay poca tierra. Cuando sienten el calor del sol no lo pueden resistir y se secan. Las raíces no han penetrado lo bastante en la tierra para servirse de las reservas de humedad allí acumuladas y que hubieran podido sostenerlas.

Esta metáfora sirve para ilustrar la conducta de algunos estudiantes de la Christian Science El nombre dado por Mary Baker Eddy a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens) y que, traducido literalmente, es la "Ciencia Cristiana". quienes, después de haber trabajado sinceramente para sanar alguna condición discordante, se descuidan un poco cuando la curación ya se ha llevado a cabo. Su ardor por el esclarecimiento espiritual cae en una especie de apatía o período de descanso, en el cual permanecen satisfechos al verse aliviados de la molesta presión del problema, ya sea éste mental o físico. Uno debiera guardarse del error artificioso que de esta manera trataría de embaucar a muchos que no descubren su naturaleza engañosa.

¿Acaso no se debe esencialmente a un concepto erróneo de la verdadera naturaleza de la curación? Si poseemos un concepto correcto de la curación, no trabajaremos meramente para lograr la curación física sino más bien para comprender mejor lo que es Dios, lo que es el hombre, y la verdadera relación que nos une con El. La curación en sí sigue a este estado de pensamiento más elevado. Sin embargo, las manifestaciones externas de la curación no señalan el fin de una experiencia, sino más bien el comienzo de un desenvolvimiento espiritual que debería continuar sin interrupción.

Las raíces de la verdadera comprensión espíritual deben penetrar cada vez más profundamente en el terreno del corazón humano para descubrir los recónditos manantiales de la fe, el amor y la pureza. Es absolutamente necesario remover esta tierra a menudo para evitar que se endurezca o que se ponga árida o estéril, a fin de permitir que las aguas de la Verdad que caen sobre ella no se escurran antes de penetrar en la superficie. No debemos descuidar nuestros campos o terrenos mentales. Estos daben ser bien atendidos, continuamente enriquecidos y abundantemente ragados. Entonces el calor abrasador de la ignorancia, el temor y el pecado no podrán quemar las tiernas hojas que se vuelven hacia el cielo.

Los Científicos Cristianos de mucha experiencia están casi todos de acuerdo en que no hay mejor modo de conservar el terreno mental en buenas condiciones para nutrir el desarrollo espiritual que el de estudiar diariamente las Lecciones Bíblicas señaladas en el Trimestral de la Christian Science. Este estudio puede hacerse más provechosamente por la mañana temprano, preparando así el pensamiento para hacer frente al trabajo de cada día. En el Manual de La Iglesia Madre, Mary Baker Eddy dice (Art. III, Sec. 1): "Los Lectores de La Iglesia Madre y de todas sus iglesias filiales deben dedicar una porción adecuada de su tiempo a la preparación de la lectura de la Lección del día domingo,— lección sobre la cual depende en gran parte la prosperidad de la Christian Science." De esto se deduce naturalmente lo siguiente: Si la prosperidad de la Christian Science depende en gran parte del estudio y aplicación diarios de las Lecciones Bíblicas por los Científicos Cristianos, es indiscutible que la prosperidad individual también depende de ello. ¿Por qué es así? La respuesta a esta pregunta bien puede ser precedida por otra pregunta: "¿Qué es lo que se entiende por la prosperidad?" Una definición interesante es: "Progreso exitoso." El progreso que realmente es exitoso sólo puede lograrse a medida que nuestros pensamientos se vayan iluminando espiritualmente.

El verdadero esclarecimiento o comprensión espiritual se manifiesta cuando uno empieza a comprender que la Mente divina está revelándose al hombre continuamente, capacitándole para hacerlo todo por medio de la reflexión de la consciencia del Cristo. ¿Por qué fué Jesús el hombre de más éxito que jamás existiera? Porque comprendía muy claramente que él reflejaba la Mente única, la Mente divina, o sea Dios. Por esta razón él sabía al instante lo que debía hacer, cualquiera que fuese el problema que se le presentara. En otras palabras, esta única Mente divina le revelaba de manera tan clara su propia presencia, infalible sabiduría e indisputable poder, que para él la correcta solución de cada problema estaba siempre a mano.

Este mismo poder sanador es asequible hoy mediante la comprensión de la Biblia y de "Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras" por Mrs. Eddy, siendo éstos los dos libros designados por nuestra Guía como Pastor de la Iglesia de la Christian Science. El sermón sanador de este, nuestro Pastor, puede ser escuchado no solamente los domingos sino todos los días, y si uno así lo deseara, más de una vez al día. A pesar de que, al comprenderse espiritualmente, cualquier parte del contenido de estos preciosos libros se desborda en verdades que sanan, las Lecciones Bíblicas consisten de citas sobre temas específicos que con devotas oraciones se han seleccionado para formar un tema perfecto y completo. Aun cuando el tema en sí no parezca tener relación alguna con el problema que nos confronta, las seis secciones presentan las verdades de la Ciencia de una manera tan clara y práctica que vierten sobre cualquier problema la luz de la inspiración espiritual, contribuyendo así a nuestra curación.

Las tentaciones que podrian inducirnos a descuidar el estudio regular de los libros de texto del Científico Cristiano deben ser desenmascaradas. Intentan convertir la consciencia humana en terreno árido, duro y estéril. Estas tentaciones se nos presentan en forma de excusas legítimas, y disfrazadas como nuestros propios pensamientos. Pero tales pensamientos no nos pertenecen. No son más que el magnetismo animal. La Christian Science enseña que el magnetismo animal es el nombre para todo lo que niegue la Verdad. De manera que todo aquello que atentara en modo alguno separarnos del bien es magnetismo animal. Puesto que el magnetismo animal está separado de Dios, o la Verdad, es falso; y cuando reconocemos su falsedad, ya no puede ejercer poder alguno. Entonces habremos tratado o manejado el error tal como nuestra Guía nos lo aconseja en su obra Miscellaneous Writings (pág. 334): "Debemos descubrir que el error no es nada: sólo entonces lo habremos tratado o manejado de acuerdo con la Ciencia."

Mrs. Eddy percibió la infinita profundidad de las grandes verdades que Dios le había revelado. Ella sabía que la consciencia humana no puede comprender estas verdades mediante la lectura superficial del libro de texto. La meditación y el devoto y sincero estudio son absolutamente esenciales. Si algunos de nosotros hubiéramos comprendido integramente estas verdades, las estaríamos demostrando con mucho más éxito de lo que lo estamos haciendo. Sentimos inmensa gratitud por los progresos alcanzados, pero estamos ansiosos de alcanzar progresos aun mayores. Para hacer esto la tierra de la consciencia humana debe ser constantemente regada por el racío de los cielos. Los elementos destructivos de la tal llamada mente mortal no pueden estorbar ni desarraigar el producto de las semillas que han caído en tierra buena y que rinden fruto "cual de ciento por uno, cual de a setenta, y cual de a treinta." El desarrollo, progreso y desenvolvimiento verdaderos rinden este fruto espiritual, conduciendo siempre a cosechas más abundantes y a ilimitadas oportunidades de bendecir y de ser bendecidos.

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