Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Reuniones subsecuentes a la Asamblea Anual de 1950

Del número de abril de 1951 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Observaciones tomadas de los discursos pronunciados el 7 de junio de 1950, en La Iglesia Madre

Reunión de Comités de Conferencias

El objeto de una conferencia sobre la Christian Science

En una vibrante alocución pronunciada en Chicago en el año 1888, nuestra bien amada Guía, Mary Baker Eddy, habló de los propósitos con que se habían congregado allí. Uno de estos propósitos era el de "ayudarse mutuamente a determinar los mejores medios para servir a toda la familia humana" (Miscellaneous Writings, pág. 98). Conviene observar, a este respecto, que poco después ella estableció el Cuerpo de Conferenciantes de la Christian ScienceEl nombre dado por Mary Baker Eddy a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens) y que, traducido literalmente, es la "Ciencia Cristiana".. En el breve espacio de diez años se logró que los conferenciantes pudieran dedicarse al trabajo que nuestra Guía les había asignado.

Mrs. Eddy ha sido muy explícita respecto a lo que requiere de los conferenciantes. Los estatutos del Manual de La Iglesia Madre y su incitativa al Cuerpo de Conferenciantes recopilada en The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany (págs. 248, 249), no dan lugar a dudas acerca de su propósito. También aclaró cual era el objeto de las conferencias en sí. Sus instrucciones iniciales a los conferenciantes, como sus recomendaciones subsiguientes, especifican claramente que el objeto principal de una conferencia sobre la Christian Science es el presentar esta Ciencia a los que deseen averiguar o a los no enterados de sus enseñanzas. Dijo en esencia a uno de los primeros conferenciantes que el propósito de una conferencia no es el de divertir sino de instruir. La conferencia al público no ha de hacer las veces de la instrucción que se imparte en una clase. Cada actividad de nuestro movimiento tiene su propio fin específico.

Hoy en día vemos que diversos sistemas tienden tienden a materializar, paganizar y desmoralizar los pensamientos de los hombres en nombre de la libertad. El Cristo, la verdadera idea de Dios, tal como la revela y pone en acción la Christian Science, espiritualiza, cristianiza y evangeliza irresistiblemente la consciencia humana, ofreciendo a los hombres libertad, salvación completa tanto de la enfermedad como del pecado.

La Verdad constituye su propia defensa y reprocha eficazmente el error; pero en medio de la vocinglería que clama, decepciona y engaña, la Verdad debe proclamarse clara, intrépida y persistentemente. El poder vivificante de la Verdad y el Amor divinos neutraliza esos designios destructivos del error.

Es sin duda útil tener presente las medidas tomadas como preparativo de conferencias anteriores, pero esta preparación nunca debe ser cuestión de rutina. Una iglesia filial puede haber hallado un buen sistema para su labor de preparación para una conferencia, pero no conviene atenerse siempre al mismo método. Las posibilidades ilimitadas que radican en la Mente divina, aun cuando sólo se les vislumbre tenuemente, revelan métodos nuevos que permiten llevar a cabo un trabajo eficaz antes y después de la conferencia. Así se logra un progreso continuo, una expansión ilimitada.

Refiriéndose a la demostración del Amor divino que la Christian Science hace factible, y a todas las bendiciones a que ello da lugar, Mrs. Eddy interroga significativamente en Pulpit and Press (pág. 21): "¿Quién está dispuesto a unirse conmigo en este propósito puro y a luchar fielmente hasta lograrlo?" Vosotros, y yo, podemos cada uno aceptar esta amable invitación de nuestra Guía y ponerla en práctica.

Atrayendo al público a nuestras conferencias

La lección que yo quisiera presentar a este auditorio es una lección de amor. Cuando nuestra congregación era una simple sociedad, resolvimos ofrecer una conferencia cada año, aunque las Sociedades de Christian Science no tienen obligación de hacerlo. Estas conferencias se daban durante el verano, porque muchos Científicos Cristianos suelen pasar entonces sus vacaciones en Maine. Escogiendo esa época del año, estábamos seguros de dos cosas: una buena concurrencia y amplios fondos.

Un día, analizando más a fondo las cosas, ocurrieron algunas preguntas muy pertinentes, entre ellas: "¿Cuántos de los habitantes locales concurren a nuestras conferencias?" A la sazón se nos presentó otro problema distinto y pasó el verano sin que diéramos una conferencia. Para compensar esa omisión, resolvimos ofrecer dos conferencias el año siguiente.

Comenzamos a hacer un sincero estudio espiritual sobre el tema de las conferencias de la Christian Science, y el resultado fué que nuestra segunda conferencia se llevó a cabo en el mes de noviembre, un viernes por la noche en vez del domingo que es cuando más público suele concurrir. La conferencia fué todo un éxito. El auditorio se componía de los habitantes de allí mismo que tanto habíamos deseado bendecir, además de muchas personas que habían venido de lejos. Cabe mencionar que todos los gastos fueron sufragados puntualmente, probando así que la abundancia de Dios es también la abundancia del hombre.

Aunque dimos preferencia al trabajo metafísico por considerarlo el más importante, no desatendimos las medidas previas que requería la conferencia. El estudio preparatorio que se debe hacer con suficiente anticipación a la conferencia puede compararse a la tarea de preparar el terreno para la siembra. Después de dictada la conferencia, continuamos nuestra labor mental para proteger la semilla así sembrada, a fin de que la beneficien la Verdad y el Amor y de que la bendiga nuestro Padre que está en los cielos. Si deseamos tener buenos jardines no sembramos la semilla a la ligera, abandonándola luego al azar, sino que sembramos la semilla cuidadosa y oportunamente, cultivando en seguida nuestra jardin con toda solicitud para que florezca y fructifique opimamente a la buena de Dios.

Publicidad fructífera

Sin duda les interesará a ustedes enterarse de los resultados obtenidos por la Primera Iglesia de Littleton, Colorado, localidad de tres mil habitantes. Hace dos años era una sociedad y hacía trece años que no se daba allí ninguna conferencia sobre Christian Science. Se alegaba que ocasionaría mucho trabajo; que no podríamos hacer frente a los gastos; que no teníamos hombres que sirvieran de ujieres. Sin embargo, en una sesión general y por una pequeña mayoría de votos, se resolvió dar una conferencia sobre Christian Science. Los ujieres de la iglesia de Englewood galantemente prestaron sus servicios y los habitantes de Denver ayudaron a aumentar la concurrencia.

Poco tiempo después de esta conferencia dos de los concurrentes se afiliaron a la sociedad, los primeros en afiliarse a ella. Además los miembros reconocieron la conveniencia de promover la sociedad a una iglesia filial. El comité de conferencias, compuesto de tres personas, adoptó como tema de su trabajo mental la unidad entre los miembros. Antes de darse la segunda conferencia hubo una sesión preparatoria a la cual asistieron todos los miembros. Esta vez ya contaban con suficientes ujieres de su propia congregación y con fondos disponibles para pagar por adelantado los gastos de la conferencia.

Un miembro de una iglesia ortodoxa dijo que había vacilado mucho antes de resolverse a asistir a una conferencia sobre Christian Science pero que cuando concurrió encontró allí a muchos miembros de su propia iglesia. La asistencia a los servicios de la iglesia y a la escuela dominical ha aumentado notablemente.

En esta ocasión nosotros los de la región de Denver saludamos con grato reconocimiento a los consagrados Científicos Cristianos de todas partes que sirven a nuestra Causa con tanta abnegación, sintiendo con nuestra amada Guía que "La Mente inmortal es Dios; y esta Mente se manifiesta en todos los pensamientos y deseos que atraen a los hombres a la pureza, la salud, la santidad y las verdades espirituales del ser" ( Miscellaneous Writings, pág. 37).

Métodos diversos de publicidad

¿Por qué damos publicidad a una conferencia sobre Christian Science? Como Científicos Cristianos nosotros sabemos que el Consolador prometido por Cristo Jesús ha venido ya. Hemos sido regenerados y hemos sanado mediante el descubrimiento de nuestra bien amada Guía de que la comprensión correcta de Dios y de Su perfecta creación espiritual sana de toda clase de males. Nosotros deseamos divulgar estas buenas nuevas a todos aquellos que estén dispuestos a escucharlas. Este es entonces el propósito principal de todo anuncio de nuestras conferencias: el deseo de compartir con los demás las múltiples bendiciones que ofrece la Christian Science.

Como en todas las actividades de la iglesia, comenzamos por recurrir a la Mente divina para que nos guíe y nos inspire. Entonces podemos estar seguros de que sabremos elegir los métodos de publicidad que mejor se adapten a nuestra localidad. Por supuesto que lo más fácil sería emplear el mismo método de publicidad año tras año, pero en esto, como en toda actividad de la iglesia, es menester espontaneidad y novedad, evitando lo rutinario.

Refiriéndose al Cuerpo de Conferenciantes de la Christian Science, Mrs. Eddy explica en su obra The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany (pág. 339): "El propósito de sus miembros es velar por los intereses de la humanidad y cimentar los vínculos de la fraternidad humana, de la cual cada eslabón conduce al perfeccionamiento en la cadena del ser." Dada la amplitud de este propósito que nos legó nuestra Guía, no cabe vacilar en invitar a nuestras conferencias a personas de otras religiones.

Ya estamos en el siglo veinte y nuestra Guía nos ha encomendado la tarea de vivir de tal manera que "todas las iglesias cristianas de nuestro país y algunas de otros países lleguen a comprender la Christian Science lo suficiente para sanar a los enfermos" según lo enseña esta Ciencia. No debemos, pues, esconder nuestra luz "debajo del almud."

Al planear la publicidad de una conferencia, tengamos presente que el Maestro, Cristo Jesús, instituyó claramente que a toda la humanidad debe brindarse la oportunidad de oír las buenas nuevas, de saber que el Cristo sanador está siempre presente para solucionar sus problemas. Poco antes de su ascensión, Jesús dió a sus discípulos este mandato final (Marcos 16:15): "Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura."

La preparación metafísica para una conferencia sobre Christian Science

Al considerarse los diversos aspectos de las conferencias que se dictan deberíamos recordar siempre que el Cuerpo de Conferenciantes de la Christian Science fué establecido por nuestra Guía, Mary Baker Eddy. De manera que es una parte integrante de su demostración y se halla aún bajo su dirección tal cual lo estatuye en el Manual de La Iglesia Madre y sus otras obras.

Surge, pues, esta pregunta: ¿Cuándo, dónde y cómo se hace la preparación metafísica para una conferencia sobre Christian Science? Tomando como base la revelación de la verdad que tuvo nuestra Guía, podemos responder en los siguientes términos: ¿Cuándo? En el ahora siempre presente del día eterno. ¿Dónde? En la consciencia de cada miembro de la organización que auspicie la conferencia. ¿Cómo? Atendiendo a estas palabras del Maestro de la metafísica, Cristo Jesús (Juan 12:32): "Y yo, si fuere levantado en alto de sobre la tierra, a todos los atraeré a mí mismo."

Levantar al Cristo en la consciencia, donde debe reinar, es la gozosa tarea de todo sincero discípulo de la Christian Science y constituye una excelente preparación para la conferencia por dictarse. Cada vez que el discípulo de la Christian Science resiste y vence en su vida diaria una falacia material, refutándola con la verdad espiritual correspondiente; cada vez que una sugestión del magnetismo animal, ya sea maligna o placentera, sutil u obvia, se resiste y vence con la pureza, el poder y la presencia satisfaciente del Cristo; cada vez que el Amor reemplaza al temor en la consciencia del discípulo; cada vez que una enfermedad o dolencia se cura con un tratamiento de la Christian Science, se levanta o magnifica al Cristo, y eso constituye eficaz preparación para una conferencia sobre Christian Science.

¿Parece ésto una meta demasiado elevada o demasiado espiritual para ser práctica? Recordemos que la espiritualidad pura es a la vez práctica y potente porque sólo ella une el pensamiento y la acción con la inteligencia, de la que nuestra Guía nos dice, en la página 469 de "Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras": "La inteligencia es omnisciencia, omnipresencia sencia y omnipotencia."

En la medida en que esta preparación metafísica se haga de una manera consagrada o devota en la vida diaria se darán los pasos humanamente necesarios inteligente y ordenadamente, con dignidad y jubilosa vigilancia. Con esta preparación, encontraremos que una conferencia de la Christian Science es la irresistible actividad de la Verdad, exigiendo que en el desierto de la materialidad se abra un camino para nuestro Dios, el camino de la salud, la libertad y la armonía.

Puesto que es la expresión de la Mente, ya que en verdad es la Mente la que la da y en ella reside, una conferencia de la Christian Science no se concreta a un espacio dado ni está sujeta a las circunstancias materiales. La comprensión de este hecho espiritual protejerá a la conferencia contra las limitaciones de las creencias referentes a la acústica, el alumbrado, la ventilación o el ámbito, materialmente considerados.

Puesto que una conferencia de la Christian Science es de todas veras una expresión de la Mente, declara las ideas de la Mente. Esas ideas son poderosas, originales, vitales y siempre nuevas. Infunden atención. Su repetición no les resta su lozanía ni su eficacia. El poder atrayente de una conferencia de la Christain Science no está a merced de interferencias de influencias contrarias o contrapuestas. Las ideas proferidas tampoco son susceptibles de obstrucción ni retroceso por supuesta reacción contraria a Dios y a la revelación de Su Verdad. Una preparación adecuada antes de la conferencia refuta y anula tanto la hostilidad de parte de los supuestos adversarios como la apatía de sus pretendidos favorecedores.

¿Y en cuanto a la concurrencia? También esto necesita una cuidadosa preparación metafísica. Percibiremos que el auditorio también está incluido en la totalidad que implica la Mente. Comprenderemos que en realidad es la expresión de las ideas individualizadas de la Mente, y que no consiste de personas representativas de diversos grados de esclarecimiento e ilustración. Una comprensión clara de esto — que es también elevar al Cristo en la consciencia — atraerá a nuestras conferencias a los de mente propicia para el mensaje. A aquellos que se hallen dispuestos a dejar sus sueños para despertar con alegría, prestos para sanar, para ser confortados y esclarecidos, y a aquellos que, aunque vengan a mofarse, se quedan a orar con nosotros. Así aumentará el número de Científicos Cristianos activos.

Toda conferencia de la Christian Science se da para la gloria de Dios. Cumple la promesa de Dios expresada por David en el Salmo 107, versículo 20: "Envía su palabra, y los sana, y los hace escapar de sus destrucciones." Una conferencia de la Christian Science es la Palabra de la Verdad, y es inspirada por el poder de la Verdad. Es la voz del Espíritu que posee toda la atracción del Espíritu. Es la expresión del Amor y tiene toda la persuasión del Amor. Es en verdad el mensaje de Vida, dotado del vigor inmortal de la Vida. Con él aprenderemos la lección de que hable Mrs. Eddy en la página 195 de su obra The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany: "Por fin se reconoce que la Christian Science no es un menguado acto de prestidigitación por el cual nosotros, pobres mortales, esperamos vivir y morir, sino un pujante hálito, perennemente fresco, de Dios, por quien y en quien el hombre vive, se mueve y tiene su ser imperecedero."

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / abril de 1951

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.