Muchos han hallado consuelo y se han elevado por sobre las zozobras gracias a la promesa escritural (Isaías 26:3): “Tú le guardarás en completa paz, cuyo pensamiento en tí persevera; porque en tí se ha confiado.”
A fin de que nuestro pensamiento persevere en Dios hay que comprender Su naturaleza divina. No es de esperarse que confiemos en lo que no entendamos. La Christian Science explica la naturaleza de Dios. Nos muestra que Dios es la Vida, que es Espíritu, Alma, Mente, Verdad, Amor, la única causa y el único poder; en consecuencia, toda realidad es espiritual y buena, no material ni mala.
Una comprensión correcta de Dios se traduce en mejor salud y conducta moral. El estudiante consecuente de la Christian Science encuentra que mejoran todos sus asuntos. A medida que progresa, se fija cada vez menos en la materia y el mal y así puede comprender mejor el poder y la presencia de Dios. Cuando el Espíritu se le vuelve substancia, comprende la irrealidad de la materia. Reconoce que la existencia es divina y espiritualmente mental, porque Dios es la Mente única. Su comprensión de que la materia es irreal e impotente, porque Dios es Todo, puede aplicarse a la vida diaria con resultados que curan.
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