Cualquier acto o experiencia por la cual se purifique uno es una forma de bautismo. La purificación del pensamiento precede a la comprensión espiritual, y por eso para curar mediante la Christian Science hay que purificar los pensamientos, los móviles y las acciones. Según se entiende en la Christian Science, el bautismo no es una idea abstracta ni es simplemente un símbolo de arrepentimiento o de purificación. Significa un cambio de modo de pensar de lo material a lo espiritual e incluye el reconocimiento de que Dios es Espíritu y de que el hombre creado por El es Su imagen y semejanza.
Cristo Jesús se sometió al rito material del bautizo según lo ejercía Juan Bautista que era un testigo o precursor del Cristo. Al someterse al rito, dijo Jesús (Mateo 3:15): “Deja ahora; porque así nos conviene cumplir toda justicia.” De esas palabras del Maestro se desprende que hizo esa concesión al rito material del bautizo no solamente para ajustarse a las costumbres de aquel entonces, sino también para mostrar que la doctrina del arrepentimiento que el Bautista predicaba es un paso necesario para la regeneración de la humanidad.
En un artículo titulado “Piscina y Propósito” que aparece en Miscellaneous Writings (Escritos Diversos, págs. 203–207), Mary Baker Eddy trata del bautismo con detalles considerables. Indica los diversos pasos o etapas del bautismo, desde el uso del agua como elemento para limpiar hasta la idea metafísica como experiencia puramente mental o espiritual. Tres grados de bautismo describe nuestra Guía en ese artículo. Al primero lo llama el bautismo del arrepentimiento y lo describe como un estado en el que la consciencia humana se da cuenta de sus propios errores y lucha por salvarse.
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