Los pasajes que de nuestro libro de texto, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras,” por Mary Baker Eddy contienen las Lecciones-Sermones del Cuaderno Trimestral de la Christian Science, son mucho más que referencias citando pensamientos semejantes a los correlativos de la Biblia. Dan el profundo sentido espiritual de las Escrituras. Es a estos pasajes correlativos de los bíblicos a los que recurrimos en busca de la interpretación de las palabras, frases y narraciones escriturales que hasta hoy quizá habremos hallado ininteligibles.
Antes de que empezáramos a estudiar la Christian Science, muchos de nosotros juzgábamos que la Biblia tiene su valor histórico y (en inglés) supremo mérito literario, así como su significado ético no siempre aplicable a nuestros menesteres individuales en la actualidad. Pero Mrs. Eddy percibió su significación espiritual que, una vez entendida y utilizada, es aplicable a las necesidades de todos y en todos los tiempos. Sin tal interpretación científica de la Biblia, ésta sería todavía un libro sellado. Escribe Mrs. Eddy en Ciencia y Salud (pág. 241): “Quitad la significación espiritual de las Escrituras, y esa compilación no sería más eficaz para ayudar a los mortales que los rayos de luna para derretir un río helado.”
Mrs. Eddy aclaró pasajes obscuros eliminando el misterio y la superstición que por tanto tiempo encubrieron erróneamente las grandes verdades proclamadas por los profetas y los videntes de la Biblia, y así nos acercó a la propia fuente de instrucción espiritual. Ella ha despertado esa reverencia a la inspiración y guía que el estudiante sincero puede hallar en la Biblia, inspiración y guía aplicables a lo que necesite en su vida diaria aquí y hoy mismo.
Los concurrentes a los servicios dominicales de una iglesia de la Christian Science habrán escuchado que anuncia el que preside: “Leeremos ahora textos bíblicos y pasajes correlativos de nuestro libro de texto denominacional” (Nota explicativa del Cuaderno Trimestral). Por más que el estudiante haya aprendido a conocer y amar los textos de la Biblia, comprende que ha de advenirle algún nuevo desenvolvimiento en su significado cada vez que lea u oiga leer los pasajes correlativos. Cada vez logra más honda penetración en tal significado espiritual, y al proseguir ese desenvolvimiento entiende más y mejor cómo aplicar tan sagradas verdades a los problemas de su vida diaria. Aprende asimismo a dejar que la luz de la Verdad ilumine sus pensamientos, sus palabras y hechos de manera que él venga a ser testigo viviente del Cristianismo verdadero que nuestro gran Maestro enseñó y practicó y que nuestra esclarecida Guía ha interpretado tan claramente.
Una estudiante de Christian Science sanó de cierta afección del cuerpo leyendo los pasajes correlativos de la Lección-Sermón. Habiendo salido de casa para atender a un asunto que requería unas tres horas, encontró a poco de haber andado que el tiempo había cambiado repentinamente de un calor seco intenso a un frío húmedo. Tiritaba ella en su vestido ligero de verano al hallarse envuelta en una neblina blanca y densa. Calculando que no tenía tiempo para regresar a casa por un abrigo que la calentara, prosiguió caminando y tiritando sintiendo más que lástima de sí misma. Ya arreglado su negocio, volvió a su hogar temblorosa de frío y en un estado lamentable.
A las dos de la mañana siguiente despertó sintiéndose enferma con todos los síntomas de un severo resfriado. Estando sola en su cuarto, decidió avivar sus pensamientos cantando uno de los himnos de Mrs. Eddy. Para su desaliento, descubrió entonces que le faltaba completamente la voz. Siendo la madrugada del lunes, encendió la luz, buscó el Cuaderno Trimestral y se puso a leer con avidez esperando que talvez la lección nueva tuviera que ver directamente con su problema. Buen chasco se llevó al leer el tema: “Denuncia de la nigromancia antigua y moderna, también llamada mesmerismo o hipnotismo.” ¿De qué podría servirle tal lección en su caso particular? Sin embargo, se puso a estudiarla obedientemente.
La lectura bíblica trataba del portillo que había que reparar en el muro de Jerusalem según los primeros capítulos de Nehemías. Ella había tomado esta narración hasta entonces como ejemplo de lo que logran los resueltos a edificar su defensa material contra un enemigo material. Pero ahora al leer y estudiar los pasajes correlativos de Ciencia y Salud, empezó a amanecerle una luz nueva.
Comprendió que el enemigo es mental y que la defensa es enteramente espiritual. Vió que su propio enemigo era la sugestión errónea y mesmérica de que el ambiente meteorológico tenía poder para dañar o asustar al hombre que Dios creó. Vió asimismo que su defensa estribaba en entender que Dios es y lo abarca todo, que Su creación está intacta y que el mal no es en sí nada. Había dejado que se abriera un portillo en el muro de su comprensión de la verdad al reconocer un poder ajeno a Dios y dejarse reducir a víctima de la falsa sugestión de la mente mortal de que su identidad era mortal y por lo tanto susceptible de discordancia.
Al darse cuenta de que vivía y se movía y respiraba en la única atmósfera que existe, la atmósfera del Amor divino, cesó su tos y se durmió, cómodamente caliente. No volvió a pensar en ésto sino hasta la tarde del día siguiente, tan exenta así se hallaba de la pretentida enfermedad. Los pasajes correlativos le habían abierto los ojos a la contemplación de la realidad, y estaba sana.
Estudiando los pasajes correlativos que de nuestro texto denominacional contienen las Lecciones-Sermones y otros que podemos hallar nosotros mismos consultando las concordancias de la Biblia y de las obras de nuestra Guía, aclaramos y profundizamos cada vez más nuestra comprensión de las Escrituras en su sentido espiritual. Del relato de José vendido por sus envidiosos hermanos para ser llevado a una tierra extraña, sacamos la lección de la bendición que al fin y a la postre otorga el Amor divino a quien se ha abstenido de agraviarse o resentirse. En la anécdota de Daniel en el foso de los leones y en la de los jóvenes hebreos arrojados al horno de fuego ardiendo, vemos la absoluta protección que es inseparable de la confianza radical y cabal en Dios. En lo que aconteció a Naamán nos percatamos de que la humildad y la obediencia han de triunfar contra la obcecación y la voluntariedad antes que podamos sanar de cualquier falsa pretensión de enfermedad o daño. En la liberación que de la esclavitud del Faraón lograron los hijos de Israel podemos ver diseñada nuestra propia jornada individual desde los sentidos hasta el Alma.
En los pasajes correlativos hallamos la inspiración que nos eleva de la sensación abrumadora de los sentidos que causa la creencia en la existencia material a la luz de un desenvolvimiento espiritual cada vez mayor. Entonces sí que podemos ser verdaderamente “la luz del mundo” y obedecer el mandato de nuestro Maestro y Ejemplificador del camino, Cristo Jesús (Mateo 5:16): “Así resplandezca vuestra luz delante de los hombres; de modo que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
